Por Oscar Vigil
TORONTO. Basta ver los incesantes incendios forestales, las graves inundaciones o incluso la falta de invierno de los meses pasados para darse cuenta de que el cambio climático en el planeta es una realidad y que es necesario hacer algo.
De esa necesidad nació el impuesto al carbono, que grava las emisiones de gas invernadero y que aumenta año con año, en la búsqueda de que sobre todo los grandes contaminantes vayan reduciendo paulatinamente sus emisiones. Y los pequeños consumidores reciben reembolsos por el impuesto pagado.
El nuevo aumento entró en efecto el pasado 1 de abril, pero si bien el precio nacional del carbono se aplica en todo el país, no todos pagan el impuesto federal y reciben dinero de regreso.
La fijación del precio del carbono funciona de manera diferente en Quebec, los tres territorios y Columbia Británica: los residentes no reciben reembolsos federales. Las provincias restantes están sujetas al impuesto al carbono o al impuesto al combustible del gobierno federal, y las familias o residentes reciben reembolsos de Ottawa.
Canadá también cuenta con una combinación de sistemas federales, provinciales y territoriales de fijación de precios del carbono para los emisores industriales.
A partir de esta semana, el aumento del impuesto federal al carbono costará a los conductores 3,3 centavos adicionales por litro en la gasolinera. Desde que se introdujo el impuesto al combustible en Ottawa en 2019, el impuesto al carbono ha añadido 17,6 centavos al costo de un litro de gasolina.
Pero el Reembolso Canadiense de Carbono también han aumentado junto con el precio del carbono. Para recibir el reembolso, se debe presentar la declaración de impuestos sobre la renta. El reembolso llega mediante depósito directo en su cuenta bancaria o mediante cheque enviado por correo. Los pagos se realizan cada tres meses, el próximo llegará el 15 de abril.