Rodrigo Díaz M.
Rusia no tiene previsto movilizar más hombres para luchar en Ucrania, ya que más de 335 mil se han alistado en lo que va de año para combatir en las fuerzas armadas o en unidades voluntarias, declaró el martes el ministro de defensa del Kremlin, Sergei Shoigu.
Rusia ha estado reforzando sus fuerzas armadas y aumentando la producción de armas en previsión de una larga guerra en Ucrania, donde las líneas del frente apenas se han movido durante un año.
“No hay planes para una movilización adicional”, dijo Shoigu a los generales en la televisión estatal. “Las fuerzas armadas disponen del número necesario de militares para llevar a cabo la operación militar especial”.
Shoigu, aliado del presidente Vladimir Putin, alabó el patriotismo de los que se habían alistado.
“Desde principios de año, más de 335 mil personas se han incorporado al servicio militar bajo contrato y en formaciones de voluntarios”, dijo Shoigu. “Sólo en septiembre, más de 50 mil ciudadanos firmaron contratos”.
Esas cifras indican que Rusia ha hecho progresos significativos tanto en la firma de reclutas como en la absorción de muchos combatientes de la fuerza mercenaria Wagner en “formaciones voluntarias”.
Putin ordenó una “movilización parcial” de 300 mil reservistas en septiembre del año pasado, lo que provocó que cientos de miles de jóvenes huyeran de Rusia para evitar ser enviados a combatir. Putin ha afirmado en repetidas ocasiones que no es necesario repetir la movilización, que según algunos funcionarios rusos fue un error, ya que impulsó a tantos a marcharse.
La invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero del 2022 desencadenó una guerra que ha devastado franjas del este y el sur de Ucrania, matado o herido a cientos de miles de hombres y provocado la mayor ruptura de los lazos de Rusia con Occidente en seis décadas.
Putin afirma que está luchando contra una alianza occidental que libra una guerra por poderes para debilitar política y militarmente a Rusia, mientras que los líderes occidentales afirman que sus sanciones económicas y su apoyo militar a Ucrania son una respuesta directa a la agresión de Moscú.
Pero el curso futuro de la guerra es incierto, a pesar de las predicciones de funcionarios estadounidenses a principios de este año de que la derrota de Rusia en los campos de batalla de Ucrania perforaría la arrogancia de Putin.