Por Alexander Terrazas
Vallas publicitarias con la imagen del líder del Partido Popular de Canadá (PPC), Maxime Bernier, junto a un eslogan que decía: “Say No to Mass Inmigration”, -que traducido al español significa ‘Di no a la inmigración masiva-’, fueron colocadas en diferentes ciudades de Canadá generando un acalorado debate político entre los que están a favor y los que están en contra de la inmigración. Esta polémica propuesta, que surgió a tan solo dos meses de las elecciones federales del 21 de octubre, es una afrenta a los principios básicos de Canadá que siempre se ha enorgullecido de ser un país abierto y acogedor de los inmigrantes de todas partes del mundo. Es además un mensaje político directo contra los planes de migración del Primer Ministro, Justin Trudeau, de aumentar a más de un millón el ingreso de inmigrantes en los próximos tres años.
La información oficial que se conoció, es que las vallas publicitarias con los anuncios mezquinos, groseros e irrespetuosos contra los inmigrantes, fueron lanzados por terceras personas allegadas a Maxime Bernier, líder del PPC, quien habría pedido en reiteradas oportunidades que se detuviera la inmigración masiva a Canadá puesto que cada año ingresan 350 mil extranjeros al país. Bernier, de 56 años, quien ha justificado su accionar en nombre de la libertad de expresión, se ha centrado en limitar la inmigración y proteger los llamados valores canadienses en contraste con los conservadores más moderados, lo que llevó a algunos expertos a referirse a él como el Donald Trump de Canadá.
Frente a la controversia desatada, el primer ministro liberal de Nueva Escocia, Stephen McNeil, fue uno de los primeros políticos en criticar las vallas publicitarias la semana pasada, tuiteando, que la campaña es muy negativa porque divide al país, al tiempo que agradeció a los inmigrantes porque han ayudado al crecimiento del país. En el mismo sentido se pronunció el alcalde de Hamilton, que crítico la valla, diciendo que su familia llegó a Canadá desde los Países Bajos para un futuro mejor. “Los inmigrantes han sido y seguirán mejorando nuestro país”, dijo Fred Eisenberger en Twitter. A estas primeras opiniones se sumaron varias organizaciones del país, políticos, activistas y hasta alto representantes de los gobiernos provinciales, municipales y federales, quienes consideran que este tipo de vallas publicitarias solo generan odios contra los extranjeros, y no les reconoce sus grandes aportes al desarrollo del país.
‘Es una de las cosas menos canadienses que se ha visto en los últimos años’, dijeron algunos líderes de opinión. “Es necesario parar la inmigración en este país o tendremos un colapso”, comentaron otros analistas. Lo cierto es que esta acción ha tenido un efecto ‘boomerang’ o de rebote, -que se define como la acción que realiza un candidato durante la campaña electoral con el objetivo de aumentar su intención de voto, pero que, sin embargo, termina produciendo su efecto contrario. De acuerdo con algunas encuestas nacionales, la inmigración tiene un amplio apoyo en Canadá, un país históricamente receptor de extranjeros de todas partes del mundo, pero también es cierto que algunos sectores radicales de la sociedad canadiense rechazan el fenómeno migratorio y están sintonizados con la idea que propone el candidato del PPC. Pese a que las vallas publicitarias antiinmigratorias en todo Canadá están siendo retirados después de una protesta pública y múltiples peticiones en su contra; lo cierto es que el mensaje ha calado un profundo malestar en todos los inmigrantes, especialmente entre las personas de origen hispano-latinoamericanos, que constantemente son blancos de ataques en el vecino país del norte producto de la retórica racista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que también ha aterrizado en Canadá.
Creemos que los políticos en lugar de ver a los inmigrantes como un enemigo o problema de la sociedad, deberían proponer soluciones efectivas que ayuden realmente a solucionar sus dificultades. No se trata de decir no a los extranjeros, porque sería injusto no reconocer la gran contribución social, política, económica y cultural que realizan a esta gran nación. Canadá siempre se ha enorgullecido de ser un lugar abierto y acogedor de los inmigrantes, y existe un sólido historial de inmigración e integración exitosa. Los recién llegados aprenden el idioma, adoptan los valores y se unen a la familia canadiense. No hay necesidad de politizar el tema de la inmigración en vísperas de las elecciones federales. Hacemos votos para que así sea.