Toronto — La reciente decisión de la Junta de Libertad Condicional de Canadá de conceder libertad diurna a Melissa Todorovic, pero negarle la libertad plena, vuelve a poner en la memoria colectiva uno de los crímenes juveniles más estremecedores ocurridos en Toronto.
Melissa Todorovic tenía apenas 15 años cuando, en 2008, fue declarada culpable de incitar a su entonces novio, David Bagshaw, a asesinar a Stefanie Rengel, una adolescente de 14 años que nunca llegó a conocerla personalmente. El caso causó un profundo impacto porque reveló cómo los celos, la manipulación y la presión emocional podían desembocar en un crimen trágico.
Los hechos se desarrollaron el 1 de enero de 2008, cuando Bagshaw contactó a Stefanie y la convenció de salir de su casa. Al hacerlo, la atacó brutalmente apuñalándola seis veces. Stefanie murió poco después a causa de las heridas. Bagshaw tenía 17 años y fue condenado como autor material, mientras que Todorovic fue considerada la mente detrás del plan.
El motivo principal del crimen fueron los celos. Todorovic veía a Stefanie como una rival porque había tenido una relación previa con Bagshaw y porque creía que difundía rumores sobre ella. Durante semanas, Todorovic hostigó a Bagshaw con mensajes de texto y llamadas, presionándolo para que cometiera el asesinato, incluso condicionando la continuidad de su relación con él a que cumpliera con sus demandas.
El juicio reveló un patrón de manipulación emocional y una relación tóxica marcada por inseguridades personales, en la que Todorovic ejercía un fuerte control sobre Bagshaw. Finalmente, el tribunal determinó que su influencia fue decisiva para que Bagshaw llevara a cabo el crimen.
Hoy, más de 15 años después, Todorovic ha recibido la oportunidad de pasar tiempo fuera de la cárcel bajo condiciones estrictas de supervisión. La libertad diurna le permitirá salir de prisión para realizar actividades específicas, siempre bajo vigilancia, pero la Junta consideró que aún no existen pruebas suficientes de un cambio profundo en su actitud como para concederle la libertad plena.
La decisión refleja una postura intermedia: darle una segunda oportunidad gradual a Todorovic, sin perder de vista la gravedad del crimen y el impacto que tuvo en la familia Rengel y en toda la comunidad de Toronto. El recuerdo de Stefanie y las circunstancias de su asesinato siguen siendo un recordatorio doloroso de cómo la violencia juvenil puede tener consecuencias irreversibles.
El caso continúa siendo un tema de reflexión sobre justicia, rehabilitación y los límites entre ofrecer segundas oportunidades y garantizar la seguridad pública.
El caso de Melissa Todorovic, recordatorio de un crimen que estremeció a Toronto
Comments











