Rodrigo Díaz M.
Montreal, Ottawa y Regina son algunas de las ciudades donde las inclemencias meteorológicas han amenazado el equilibrio presupuestario en el último año.
En Regina, las importantes e inesperadas nevadas y los consiguientes costes de mantenimiento de las carreteras a finales del 2022 produjeron un déficit de explotación “por primera vez en la memoria corporativa”, según declaró en mayo el director de estrategia financiera de la ciudad, Barry Lacey, a su comité ejecutivo. Chris Warren, director de carreteras y transporte de la ciudad, vinculó directamente los crecientes costes operativos de su departamento con el cambio climático.
Las autoridades de Ottawa advirtieron en septiembre de que la ciudad iba camino de acabar el 2023 con déficit, tras haber agotado su presupuesto de obras públicas para recuperarse de unas nevadas y lluvias heladas a principios de año “sustancialmente superiores” a la media de los últimos cinco años.
Y en Montreal, los gastos relacionados con las temperaturas extremas y las lluvias torrenciales fueron algunos de los factores que llevaron a la ciudad a luchar por limitar los costes a finales de 2023.
La metrópoli insular de Quebec se ha visto cada vez más inundada por problemas relacionados con el agua, algunas de las consecuencias locales más visibles y costosas del cambio climático, afirmó Maja Vodanovic, miembro del comité ejecutivo de Montreal responsable de obras hidráulicas.
Además de inundar orillas, pasos subterráneos y sótanos, las precipitaciones más intensas están arrojando mayores cantidades de detritus al río San Lorenzo, donde se introducen en el sistema de filtración de agua de la ciudad, que a su vez requiere más productos químicos de depuración, explica Vodanovic.
En invierno, la volatilidad de los ciclos de congelación y descongelación ha obligado a la ciudad a reducir el umbral de nevadas que activa las operaciones de retirada de nieve para evitar la peligrosa formación de hielo.
Además de estos costes operativos adicionales, Montreal ha destinado cientos de millones de dólares a medidas de mitigación de las precipitaciones, como parques que absorben el agua.
Vodanovic afirma que a la ciudad le resultará difícil hacer frente a los costes relacionados con el cambio climático sin más dinero del gobierno provincial y nuevas fuentes de ingresos más allá de su base tradicional del impuesto sobre bienes inmuebles. Montreal aumentará los impuestos residenciales un 4,9% en el 2024.
Más al este, la ciudad quebequesa de Sutton se enfrenta a otro problema: la escasez de agua. La sequía y el aumento de la población han mermado en los últimos años los estanques que suministran agua potable a lo que se conoce como el sector montañoso de la ciudad, un popular destino de esquí.
El año pasado, las autoridades ordenaron la paralización de todos los proyectos de construcción en la zona en un intento de ahorrar agua, lo que detuvo los planes de construcción de cientos de nuevas viviendas, según explicó en una entrevista el alcalde de Sutton, Robert Benoît.
La ciudad ha tenido que gastar decenas de miles de dólares en estudios para evaluar el problema, dijo. El último estudio, publicado este mes, concluía que las fuentes de agua subterránea de los sectores más bajos podrían complementar de forma sostenible el suministro de la montaña. Sin embargo, a la espera de nuevos estudios de ingeniería, el municipio calcula que la construcción de nuevas conducciones de agua costará hasta 20 millones de dólares.