¿Sabías que las personas diestras muestran dominancia por el hemisferio izquierdo y las personas zurdas por el hemisferio derecho?
Una de las prácticas más interesantes en los últimos años es aprender a ejercitar la mano no dominante, ya que, gracias a ello, nuestro cerebro realiza nuevas conexiones neuronales y estimula habilidades que anteriormente permanecían sin uso. Por lo tanto, la capacidad de usar ambas manos trae ventajas como aumentar la creatividad y la organización.
Todos los seres humanos nacemos con una organización cerebral determinada, la cual, a lo largo de los primeros años podemos observar que el predominio de uno de los hemisferios se establece. Intelectual y físicamente, el cerebro está dividido en dos hemisferios. Cada lado controla las funciones motoras del lado opuesto del cuerpo; el lado izquierdo es más analítico mientras el derecho es más creativo.
Por ejemplo, para los atletas o para los que practican actividades como la danza, es súper importante ser ambidiestro ya que mejoran la simetría en sus movimientos y les ayuda a mantener un balance de los músculos.
Pero no es necesario que seas un atleta o practiques un deporte para aprender a utilizar tu mano no dominante. Ya sea que estés buscando una actividad nueva y diferente, esta puede ser una de ellas, y los beneficios son sorprendentes. Si eres diestro podrías potenciar tu lado imaginativo al utilizar más tu mano izquierda, y si eres una persona zurda, podrías estimular tus capacidades de lógica.
Puedes empezar con pequeños pasos. Si tienes un diario o una libreta en la que sueles escribir, te recomendamos que escribas palabras, emociones que has sentido en tu día o pensamientos. De igual forma, si tienes una pizarra o un tablero, te puede resultar más fácil empezar a escribir palabras estando de pie que estar inclinado, como tú te sientas más cómodo. Puede ser que al inicio no se entienda lo que escribes, pero todo es gradual y con práctica lo lograrás.
También puedes incluir pequeños cambios cuando realizas actividades diarias. Por ejemplo, si abres la puerta del carro o las puertas de la casa, cierras cajones o tomas un vaso de agua con la mano derecha, prueba hacerlo con la izquierda. Con la práctica y costumbre, vas a poder ir realizando tareas más complejas, como llegar a partir la comida o pintarte las uñas con la mano que usualmente no usas.
Otra de las grandes ventajas que vale mucho la pena mencionar, es que ser ambidiestro podría ser muy beneficioso para aquellas personas que han sufrido un accidente o daño cerebral. Hay estudios que demuestran que poder repartir las tareas entre ambos hemisferios puede ayudar, incluso a su recuperación y movilidad, ya que entre más información se comparten ambos hemisferios del cerebro, más fácil será compensar ese daño.