Rodrigo Díaz M.
Los fiscales que investigan el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio afirman que fue planeado desde la cárcel y han pedido que se acuse a seis sospechosos, cinco ecuatorianos y un colombiano, en relación con el asesinato.
Villavicencio, de 59 años, fue asesinado a tiros cuando salía de un mitin de campaña en la capital, Quito, días antes de las elecciones presidenciales de agosto del 2023. Había denunciado la influencia de las bandas y prometido hacerles frente.
En las semanas previas a las elecciones, el político había recibido amenazas de muerte y se le había dotado de un dispositivo de seguridad, pero siguió haciendo campaña y fue abatido a tiros por un grupo de asaltantes el 9 de agosto a la salida de un colegio en el norte de Quito.
En una audiencia celebrada el martes, la fiscal Ana Hidalgo describió el desarrollo de la investigación y dijo que el pistolero que se cree que hizo el disparo mortal murió en un tiroteo con la policía tras el asesinato de Villavicencio.
Con la ayuda de imágenes de vídeovigilancia, la policía consiguió identificar a otro de los agresores y lo localizó en una casa del este de la ciudad. Allí detuvieron a seis sospechosos colombianos y se incautaron de armas, munición y granadas.
Semanas después, los seis fueron hallados muertos en la prisión de El Litoral, donde se encontraban en prisión preventiva. Según los forenses, se habían asfixiado. El diario español El País citó una fuente que afirmó que habían sido ahorcados. Un séptimo sospechoso fue asesinado al día siguiente en otra cárcel.
Los fiscales afirman que los siete hombres asesinados en la cárcel eran los asaltantes que atacaron a Villavicencio, pero sospechan que eran sicarios y que la orden de matar al político habría procedido del interior de una cárcel ecuatoriana.
Los fiscales añadieron que habían rastreado los mensajes enviados a uno de los sicarios hasta un recluso de la cárcel de Latacunga. Se cree que tanto ese recluso como una mujer a la que los fiscales acusan de proporcionar apoyo logístico a los agresores pertenecen a la banda criminal de Los Lobos.
Se calcula que Los Lobos cuenta con ocho mil miembros y es una de las organizaciones delictivas más poderosas de Ecuador. Muchos de sus miembros están en la cárcel y se cree que la banda ha instigado algunos de los motines carcelarios más sangrientos de Ecuador.
Se cree que la banda tiene vínculos con el poderoso cartel mexicano Jalisco Nueva Generación.
En los últimos años se ha producido una explosión de la violencia entre bandas en Ecuador, que ha llevado al presidente Daniel Noboa a declarar el estado de excepción.