Rodrigo Díaz M.
El gobierno de EE.UU. Ha propuesto prohibir el uso de software y hardware chinos en los vehículos que circulen por las carreteras estadounidenses por motivos de seguridad nacional, según anunció el lunes la Casa Blanca.
Se trata de la última medida enérgica de la Administración Biden contra la industria automovilística china, que impediría la entrada de todos los vehículos chinos en el mercado estadounidense.
El reglamento previsto por el Departamento de Comercio de EE.UU., que aún debe ultimarse, también obligaría a los principales fabricantes de automóviles estadounidenses y de otros países a retirar en los próximos años el software y el hardware chinos de los vehículos en EE.UU.
La norma propuesta se centra en la tecnología y los componentes importados de “países preocupantes”, entre los que se incluye Rusia.
“Cuando adversarios extranjeros construyen software para fabricar un vehículo, eso significa que puede ser utilizado para la vigilancia, puede ser controlado a distancia, lo que amenaza la privacidad y la seguridad de los estadounidenses en la carretera”, dijo la secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, en una rueda de prensa.
China se ha convertido en un foco de atención especial ante el temor de que Pekín esté intentando inundar el mercado mundial de vehículos eléctricos de bajo coste mediante importantes subvenciones públicas que han acelerado la producción nacional.
Este verano, el gobierno de Biden anunció la imposición de aranceles del 100% a los vehículos eléctricos fabricados en China y del 35% a los componentes importados, como las baterías, y a minerales y metales clave, como el acero y el aluminio. Los nuevos aranceles entraron en vigor este mes.
Canadá hizo lo propio con aranceles más altos para los vehículos eléctricos, el acero y el aluminio chinos, y está celebrando consultas sobre si debe hacer lo mismo con las baterías, los semiconductores y otros componentes.