Por Alexander Terrazas
Toronto es la ciudad más poblada, pujante, moderna, limpia, ordenada, organizada, diversa, multicultural y, por si fuera poco, es el distrito financiero de Canadá. Una búsqueda rápida en Internet revela que Toronto lidera en casi todos los rankings como una de las ciudades con mejor calidad de vida. En una encuesta de ‘The Economist’, por citar un ejemplo, en la que se evaluaban factores como la habitabilidad, el costo de vida, el entorno empresarial, la seguridad, la democracia y la disponibilidad de alimentos, Toronto encabezó la lista, consagrándose, como la ‘mejor ciudad del mundo para vivir’.
En cierta medida Toronto parece ser una ciudad perfecta. Sin embargo, en medio de ese bosque de rascacielos de cristal dominado por bancos, restaurantes, empresas, hospitales y universidades, hay un problema casi invisible: las personas sin hogar y en situación de calle, que en su gran mayoría son jóvenes y adultos que tienen problemas mentales o han caído en las garras de la miseria, la delincuencia y la drogadicción. En situaciones como la de estos días, cuando las temperaturas han descendido considerablemente y donde la nieve ha enterrado literalmente la ciudad, nuestros indigentes o personas en situación de calle vienen a ser las víctimas del extremo invierno polar, porque carecen de una vivienda fija, no poseen abrigos apropiados y viven pendientes de la generosidad de la gente para poder comer.
Toda ciudad en el mundo tiene indigentes. La indigencia es un problema en la actualidad que no solo se da en los países denominados de tercer mundo, sino también se presentan en las grandes potencias económicas. Aquí en Toronto, por ejemplo, hay aproximadamente 5,000 personas sin hogar o en situación de calle, y más de 3,200 en una lista de espera para acceder a una vivienda social. Las personas ‘sin hogar’ a menudo son víctimas de la violencia, sufren de mala salud y nutrición, y una mayor incidencia de suicidio. Así lo refleja un estudio publicado por Affordable Housing Partners de Toronto y Homes First Society.
Afortunadamente existen algunos lugares en la ciudad donde ofrecen a los indigentes, hombres y mujeres, un espacio donde dormir; pero desgraciadamente en estos refugios no hay cabida para todos ellos y los lugares se van asignando, según el orden de llegada. Todos ellos deben arreglárselas para dormir en la calle, pero cuando las temperaturas bajan demasiado como en estas últimas semanas, sus vidas corren mucho peligro. Ya se han lamentado varias muertes en lo que va de este año y la cifra tiende a aumentar. Según Toronto Public Health, desde enero de 2017 hasta junio de 2018, se registraron 145 muertes de personas sin hogar.
Esta situación ha movilizado a los defensores de los derechos humanos por una declaratoria de emergencia, y también ha llevado al Alcalde de Toronto, John Tory, a buscar soluciones inmediatas. Recientemente, el burgomaestre Tory, ha lanzado el programa Housing Now, con el objetivo de liberar 11 sitios de propiedad pública para brindar una combinación de viviendas de alquiler asequibles a los más necesitados; y además, el Gobierno Federal, al mando de Justin Trudeau, ha contribuido con 15 millones de dólares al programa. Porque, según informes del Ayuntamiento, la escasez de viviendas ha sido generado por la llegada de miles de refugiados quienes ocupan actualmente los centros asistenciales destinados para atender a los habitantes de la ciudad que no tienen un hogar donde vivir.
Atender a los indigentes ofreciéndoles albergue transitorio viene a ser una medida humanitaria ineludible y loable. Pero si de verdad se pretende abordar la problemática de fondo, es necesaria la construcción de viviendas sociales que beneficien realmente a las personas en situación de calle que padecen problemas de salud mental y otras adicciones a las drogas. Creemos que dejando de lado los intereses políticos, el Gobierno Municipal, Provincial y Federal deben aunar sus esfuerzos para promover una solución concreta al grave problema, insistimos con la construcción de viviendas asequibles y con acceso a todos los servicios básicos. Ojalá que así sea.