Rodrigo Díaz M.
La vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, se enfrentó anoche a Donald Trump en su primer y quizá único debate antes de las elecciones presidenciales, provocándole repetidamente en un acto en el que mostraron sus marcadas diferencias sobre el aborto, la inmigración y la democracia estadounidense.
Trump arremetió contra Harris por considerarla demasiado liberal y cuestionó por qué proponía ideas que no había llevado a cabo cuando era vicepresidenta.
Harris criticó duramente a Trump por el estado de la economía y la democracia cuando dejó el cargo, mientras la pandemia del COVID-19 asolaba la nación y después de que sus partidarios asaltaran el Capitolio el 6 de enero del 2021, en un intento de anular las elecciones presidenciales del 2020.
Por otro lado, la vicepresidenta también prometió recortes fiscales dirigidos a la clase media y dijo que presionaría para restaurar el derecho al aborto garantizado a nivel federal y anulado por el Tribunal Supremo hace dos años. Trump dijo que sus aranceles propuestos ayudarían a los Estados Unidos a dejar de ser engañado por sus aliados en el comercio y dijo que trabajaría para poner fin rápidamente a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Trump volvió a negar que perdiera frente a Biden hace cuatro años, cuando una turba de sus partidarios irrumpió en el Capitolio de Estados Unidos para tratar de detener la certificación de su derrota basándose en denuncias falsas o infundadas de fraude electoral. Trump ha arreciado en los últimos días sus amenazas de represalias si vuelve a la Casa Blanca, asegurando que perseguiría a abogados, donantes y otros funcionarios a los que considere que “hicieron trampa” en las elecciones.
La actuación de Harris en casi todos los aspectos pareció ser la opuesta a la del presidente Joe Biden en junio, con respuestas nítidas y centradas diseñadas para mostrar el contraste entre ella y Trump, mientras que Biden se mostró a veces confuso, vacilante y en ocasiones incoherente. Harris utilizó su lenguaje corporal y sus expresiones faciales para enfrentarse a Trump y expresar que sus respuestas le parecían ridículas o divertidas.
Trump, a su vez, trató de vincular a Harris con el todavía impopular Biden, cuestionando por qué ella no había actuado sobre sus ideas propuestas mientras servía como vicepresidenta. Repetidamente la tachó a ella y a Biden de débiles, y citó los elogios del primer ministro nacionalista húngaro Viktor Orbán para demostrar que es una persona muy respetada por líderes de todo el mundo.
El debate, el séptimo de Trump como candidato presidencial en su tercera carrera hacia la Casa Blanca y el primero de Harris, fue quizá la mejor oportunidad para ambos de definirse en sus propios términos.
El acto concluyó horas antes de que hoy comenzaran a enviarse por correo las primeras papeletas de las elecciones en Alabama. La jornada se celebrará en menos de dos meses, el 5 de noviembre.