Rodrigo Díaz M.
El presidente electo Donald Trump amenazó con imponer aranceles de hasta el 100% a un bloque de nueve naciones si actúan para socavar el dólar estadounidense.
Su amenaza iba dirigida a los países de la llamada alianza BRIC, formada por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos.
Turquía, Azerbaiyán y Malasia han solicitado ser miembros y varios otros países han expresado su interés en adherirse.
Aunque el dólar estadounidense es por mucho la moneda más utilizada en los negocios mundiales y ha sobrevivido a anteriores desafíos a su preeminencia, los miembros de la alianza y otras naciones en desarrollo dicen estar hartos del dominio estadounidense del sistema financiero mundial.
Según el Fondo Monetario Internacional (IMF), el dólar representa aproximadamente el 58% de las reservas mundiales de divisas, y las principales materias primas, como el petróleo, se siguen comprando y vendiendo principalmente en dólares. Sin embargo, el dominio del dólar se ve amenazado por la creciente participación de los BRICS en el PIB y la intención de la alianza de comerciar en divisas distintas del dólar, un proceso conocido como desdolarización.
En una cumbre de las naciones BRIC en octubre, el presidente ruso Vladimir Putin acusó a Estados Unidos de “militarizar” el dólar y lo describió como un “gran error”.
Rusia ha impulsado específicamente la creación de un nuevo sistema de pagos que ofrezca una alternativa a la red mundial de mensajería bancaria, SWIFT, y permita a Moscú esquivar las sanciones occidentales y comerciar con sus socios.
Trump dijo que “no hay ninguna posibilidad” de que el BRIC sustituya al dólar estadounidense en el comercio mundial y que cualquier país que intente que eso ocurra “debería decir adiós a Estados Unidos”.
Las investigaciones muestran que el papel del dólar estadounidense como principal moneda de reserva mundial no está amenazado en un futuro próximo.