Por Oscar Vigil
Todo parece indicar que tanto las amenazas arancelarias del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como también la caída en el apoyo a la inmigración entre la población de Canadá, está teniendo ya sus efectos concretos en los números migratorios. Las medidas tomadas por el gobierno liberal están siendo efectivas.
Las solicitudes de refugio en Canadá están cayendo desde máximos históricos debido a que el país otorga menos visas, lo cual podría convertirse en un problema de acuerdo con grupos defensores de los inmigrantes, quienes consideran que los solicitantes legítimos de refugio se pueden quedar varados con pocas opciones.
Alrededor de 11,840 personas presentaron solicitudes de refugio en Canadá en enero de este año, muy por debajo del máximo de 19,821 en julio del año pasado, según muestran los datos de la Junta de Inmigración y Refugiados, que muestran que esta fue la cifra mensual más baja desde septiembre de 2023.
Canadá está desalentando públicamente a los solicitantes de refugio y tomando medidas drásticas sobre las visas que emite, con el objetivo de reducir gradualmente la población y reducir la presión sobre los servicios en medio de una reacción más amplia contra los inmigrantes.
El año pasado, Canadá emitió alrededor de 1,5 millones de visas de visitante, por debajo de los 1,8 millones de 2023, según datos del gobierno.
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El descenso fue particularmente pronunciado para ciertos países que han sido fuentes importantes de solicitantes de refugio. El número de visas de visitante otorgadas a ciudadanos de Bangladesh se redujo de 45,322 a 27,975; el de haitianos se redujo de 8,984 a 5,487; el de nigerianos, de 79,378 a 51,828.
Las visas de visitante para algunos países con altas tasas de aceptación de refugiados han disminuido a partir de 2023. El año pasado, Canadá otorgó visas de visitante a 330 afganos, en comparación con los 468; a 38,075 iraníes, en comparación con los 57,127; a 2,019 ugandeses, en comparación con los 6,096; a 1,174 sirios, en comparación con los 2,716; y a 3,199 kenianos, en comparación con los 11,464.
El número de solicitudes pendientes sigue en un máximo histórico: 278,457 en enero, según la Junta de Inmigración y Refugiados.
Canadá no tiene visas para solicitantes de refugio. Cualquiera que desee solicitar el estatus de refugiado debe venir como visitante, estudiante o trabajador, o colarse en el país, una tarea nada fácil para un lugar rodeado de agua y con un acuerdo con los Estados Unidos para rechazar a los solicitantes de asilo.
Las personas desplazadas también pueden esperar en campos de refugiados, potencialmente durante años, con la esperanza de que los seleccionen para reasentarse.
Canadá está utilizando un escrutinio más riguroso de las solicitudes de visado de los países con las “tasas más altas de abuso” con el objetivo de garantizar que las visas se utilicen para el propósito previsto, dice Renee LeBlanc Proctor, portavoz del ministro de Inmigración Marc Miller, agregando que “Este trabajo protege además el proceso de asilo… para que esté disponible para quienes más lo necesitan”.
Pero en un momento de desplazamiento global, argumentan los defensores de los inmigrantes, la represión de Canadá deja a las personas desesperadas sin buenas opciones.