Reflexiones y consejos para afrontar diez interrogantes clave sobre nosotros mismos y nuestras relaciones, que todos nos planteamos en algún momento.
DESTACADOS.
— “La vida merece ser vivida, pero siendo consciente de que hay dolor, sufrimiento y pérdidas. Hay que ponerle pasión. No sé si siempre hay espacio para una sonrisa, pero siempre lo hay para la esperanza”, señala el doctor en Psicología Clínica Javier Urra, autor de “Celebra y comparte la vida”.
— “Esta sociedad, de la que todos somos parte, intenta globalizar, pero cada uno buscamos la individualidad”, señala a Efe Urra, para quien “hay que compartir con todos, aprender de algunos y saber que se nace y se muere solo, sumando, pero sin diluirse”.
— Para Urra nos tomamos la vida tan en serio “porque nos creemos importantes, porque valoramos que lo que hacemos es trascendente, por miedo a reírnos de nosotros mismos. Ante lo cual es conveniente preguntarse ¿cuánta gente nos ha antecedido, y cuántos son recordados?”.
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”, señala una popular cita atribuida al escritor uruguayo Mario Benedetti.
Aunque las preguntas que se hacen las personas pueden variar a lo largo de su vida y de un individuo a otro, existe una serie de interrogantes que la mayoría de los seres humanos se plantean en algún momento de su existencia.
El doctor en Psicología Clínica Javier Urra (www.javierurra.com) presidente de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica (AIPJ) y extitular de Red Europea de Defensores del Menor, reflexiona las cuestiones vitales que todos nos preguntamos, por el viaje de la vida que, según afirma, “siempre es un peregrinaje”.
Este reconocido psicólogo, que acaba de publicar el libro “Celebra y comparte la vida”, una conversación “a corazón abierto” con la periodista Merche Carneiro, analiza a pedido de Efe diez preguntas vitales (en su doble acepción de “relativas a la vida” y “de suma importancia”) que todos nos planteamos.
Para Urra, que ha representado a España en foros internacionales como Naciones Unidas o el Parlamento Europeo “la vida merece ser vivida, pero siendo consciente de que hay dolor, sufrimiento y pérdidas. Hay que ponerle pasión. No sé si siempre hay espacio para una sonrisa, pero siempre lo hay para la esperanza”.
Una filosofía que trasunta en sus repuestas a Efe, tan breves como cargadas de sabiduría:.
“HAY QUE ANTICIPAR LAS CONSECUENCIAS DE LOS ACTOS”.
— Pregunta: ¿Somos únicos? ¿Es difícil ser uno mismo?.
— Respuesta: “Sí, somos únicos. Esta sociedad, de la que todos somos parte, intenta globalizar, pero cada uno buscamos la individualidad. Hay que compartir con todos, aprender de algunos y saber que se nace y se muere solo, sumando, pero sin diluirse.
— P: ¿Es importante aprender de los fracasos?.
— R: Sin duda sí, pero la mayoría de la gente no aprende. Los hay que fracasarán con tenacidad. Hay que anticipar las consecuencias de los actos. Hay que preguntarse por lo que aconteció. Hay que indagar desde las opiniones de un tercero.
— P: ¿Es posible caer bien a todo el mundo?.
— R:¡Desde luego que no! Sería terrible. Cabe intentarlo, pero si uno tiene criterio y lo manifiesta, habrá quien discrepe y habrá a quien no le guste, ante lo cual mi consejo es: sea usted mismo. El mundo es muy amplio. Hay a quien querer. Hay con quien convivir, y hay a quien caer mal. Es una suerte.
“MAQUILLAR EL PASADO NOS HACE LIBRES”.
— P: ¿A qué tenemos miedo?.
— R: A la muerte, a no gustar a los demás y, algunas personas, a sí mismas. Dado que vivir es incompatible con tener miedo, al igual que a los fantasmas, al miedo, hay que enfrentarlo.
— P: ¿Cómo saber elegir lo que debemos olvidar?.
— R: Captando lo que nos hace mucho daño, lo que no nos permite evolucionar. Cabe perdonar, e inclusive cabe olvidar. La memoria es esencial, pero maquillar el pasado nos hace libres.
— P: ¿Cómo tomar decisiones acertadas?.
— R: Depende de la genética, de la educación, de la actitud, de las circunstancias, y aún del azar. Hay que decidir siendo equilibrados, rodeándose de buena gente y no pidiéndole a la vida más de lo que la vida te puede dar. !Anticipe, visualice, y tenga valor, responsabilícese!.
— P: ¿Por qué debemos educarnos en el autocontrol?.
— R: Porque el autodominio y el autogobierno son esenciales para la vida, para ser previsibles, para ser gratos, para no generar dolor. La sociedad es la suma de individuos, y nosotros somos uno de ellos. Facilitemos la vida a los demás y hagámosla grata para nosotros. Seamos previsibles, coherentes y congruentes.
— P: ¿Por qué el dejar hacer no es un buen sistema para educar?.
— R: Porque no es un sistema y todo padre sabe que la frase de mayo del 68 “prohibido prohibir” es una estupidez. ¿Se imaginan un código de circulación, donde cada uno hace lo que quiere?. Ser tutor, profesor o padre exige asumir ser adulto e imponer normas. El hijo, el alumno, aprende, pero hace falta que le enseñemos, que le demos ejemplo”.
— P: ¿Cómo debemos afrontar las adversidades?.
— R: Los contratiempos se deben asumir con naturalidad, ya que son previsibles y, nada más nacer, sabemos que vamos a morir. Que vamos a sufrir. Que la vida no es justa. Una realidad ante la cual nos cabe una actitud positiva y esperanzada, lo cual no quiere decir que no deba ser realista, o sea dolorosa.
— P: ¿Por qué nos tomamos la vida tan en serio?.
— R: Porque somos ególatras, porque nos creemos importantes, porque valoramos que lo que hacemos es trascendente, por miedo a reírnos de nosotros mismos. Yo sugiero que nos preguntemos cuánta gente nos ha antecedido, y cuántos son recordados. Lo esencial es muy breve. Antes del “Aquí yace” es cuando tenemos que actuar, repito ¡actuar!, ayudar a dejar en heredad un mundo mejor, un poco mejor, que el que recibimos.
Por Ricardo Segura.
EFE/REPORTAJES