Por Raúl A. Pinto
Sigamos a Peter Parker en su aventura por cambiar sus “redes” sociales.
La película más taquillera del 2021 fue “Spider-Man: No Way Home”, tercera entrega de la tercera trilogía del Hombre Araña en los últimos veinte años. El mayor logro de este filme es permitir que la nostalgia por las versiones anteriores sea esparcida sin ninguna vergüenza (lo cual no es malo), además de explorar de forma sencilla temas como la privacidad en adolescentes en la era digital, la amistad, el duelo, la responsabilidad y el confrontar los problemas en vez de ignorarlos.
Luego del final de “Spider-Man: Far From Home”, donde Mysterio, el villano de turno terminó revelando la verdadera identidad de Spiderman, Peter Parker (un sólido Tom Holland), decide pedir ayuda al Dr Stranger (Benedict Cumberbatch), quien pareciera ser la única persona sensata de la historia, para crear un hechizo que borre de las mentes su salida del closet forzada en TODO EL MUNDO. Un error en el encanto abre la puerta a la llegada de todo tipo de personajes desde distintas dimensiones, buenos y no tan buenos.
Amarrada directamente a las historias de la serie “Loki” y la futura “Dr. Strange and the Multiverse of Madness”, “No Way Home” es muy entretenida, tiene bastantes sorpresas, y la emotividad suficiente para que no digamos que es una mala película. Porque no, no lo es. Disponible en salas, dependiendo de la reglamentación provincial por la pandemia.