Por Raúl A. Pinto
En la película “Sound of Freedom”, estrenada hace algunas semanas, y que logró vencer en el día de estreno a un coloso como “Indiana Jones y el Dial del Destino”, y se ha mantenido consistentemente entre las cinco películas más vistas de Norteamérica, el director mexicano Alejandro Monteverde aborda de forma directa el tema profundamente inquietante y perturbador que es el tráfico de menores. La historia está vagamente basada en eventos reales para exponer un tema que, al menos en Canadá, es de suma importancia: según Statistics Canada, un 24% de los casos denunciados corresponde a menores de 17 años, y 96% de los casos del país son mujeres y niñas.
Jim Caviezel, el mismo que fue lanzado a la fama por su interpretación de Jesús en “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson, interpreta a Tim Ballard (personaje real), un antiguo agente especial del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos que toma la decisión de convertirse en un vigilante privado en la lucha por rescatar niños víctimas de tráfico humano, añadiendo una capa decente de intensidad a la película.
La dirección de Monteverde (quien ya ha dirigido dos interesantes películas, “Bella” y “Little Boy”) es efectista y efectiva, siguiendo dos líneas argumentales paralelas: una sigue a Roberto (José Zúñiga), un padre que desesperadamente busca en Honduras a sus hijos, víctimas de tráfico tras el engaño de una supuesta agencia de modelos; y la otra se centra en Ballard, quien incansablemente (literal, no se le ve nunca cansado) busca salvar a los niños como una misión personal, tras haber atrapado criminales, pero nunca, específicamente, “salvado” menores.
El viaje de la película hacia las profundidades de los territorios controlados por cárteles en Colombia y Tailandia aporta un peso auténtico a este terrible problema, infiriendo que este es un problema que afecta a todo el mundo, y en muchos casos las redes abarcan varios países al mismo tiempo.
Existen algunos elementos de la fe cristiana en esta causa, los cuales se quedan mas que nada en la anécdota, pero dan un poco de profundidad a los personajes y la historia, dándole a la lucha por el rescate de menores enfrascados en las redes macabras de la esclavitud humana una misión divina. Y yo no veo nada de malo con eso.
Ahora para desmitificar un poco los comentarios respecto a la cinta, es cierto que “Sound of Freedom” estuvo a punto de ser distribuida por la 20th Century Fox, antes que fuera comprada por Disney; además es cierto que fue rechazada por varios servicios de streaming, como Amazon Prime y Netflix; pero también es cierto que esto ocurre a cientos de películas, todos los años. Festivales de Cine como Sundance, o Hot Docs / TIFF en Canadá muchas veces exhiben películas que no logran distribución y deben ir directo al VOD.
¿Tiene esta película discrepancias con la realidad? Si, pero todas las películas basadas en hechos reales los tienen. Muchos datos de la película no son ciertos, pero el tema principal, el tráfico de personas, es muy real. ¿Sus productores y protagonista tienen lazos con la extrema derecha y grupos que creen en teorías de conspiración? Si, y aunque no los apoyo para nada, no son precisamente, las peores personas que han salido de Hollywood. “Sound of Freedom” es una entretenida película de acción independiente, con el necesario call to action ante un tema importante. Pero hoy ya está en el mainstream, siendo exhibida en cientos de salas en EEUU y Canadá, y ganando adeptos cada día. 2 horas y 11 minutos. Para mayores de 13 años. Disponible en salas.