Por Raúl A. Pinto
CINE
Si hablamos de los arcos evolutivos de las nueve películas de la franquicia del Planeta de los Simios, la nueva entrega, “Reino del Planeta de los Simios” (Kingdom of the Planet of the Apes), marca cierta desviación de sus predecesoras, tanto en la temática como en la narrativa. La cinta está dirigida por Wes Ball – conocido por la trilogía “The Maze Runner” y escrita por Josh Friedman, conocido por su estupendo guión de “La Guerra de Los Mundos” de Spielberg.
La historia nos sitúa 300 años después de la partida del legendario líder simio César, y explora el alcance de su legado a través de los ojos de un joven chimpancé llamado Noa, interpretado por Owen Teague. Noa es parte de un clan que vive aparentemente feliz, con seres humanos dando vueltas en el área, todos ellos transformados ahora en animales salvajes buscando comida.
Cuando Noa enfrenta una tragedia que incluye el secuestro de su familia, se embarca en la búsqueda de ellos, mientras descubre complots y leyendas de cierto lugar al que sólo los humanos poDoctorían acceder para alcanzar más poder, si así lo quisieran. Uno de los simios en búsqueda de esa especie de utopía, es Proximus Cesar, un líder con aires de grandeza, dispuesto a sacar a sus enemigos del camino, sean estos hombres o primates.
La búsqueda de Noa es a todas luces también la de su propia identidad, historia y propósito, en un mundo erosionado por el tiempo y las luchas, exponiendo la vulnerabilidad y determinación del joven simio, en la misma línea del legendario César, pero intentando trazando su propio camino, si es que esto es posible en medio de las ruinas de una civilización. En este andar Noa también encuentra a la humana Nova (Freya Allan), misteriosa y aparentemente dispuesta a lograr sus objetivos formando alianzas, y que junto al sabio Raka (Peter Macon) son un excelente complemento a la historia.
Visualmente, “Reino” es majestuosa, con paisajes exuberantes y simios cuidadosamente elaborados a través de GCI. Es impresionante el alcance de la tecnología cinematográfica en la representación de expresiones faciales y movimientos físicos, otorgando autenticidad a los personajes, siendo un soporte a la historia misma, que desde fines de los 60’s ha buscado dar autenticidad a los actores interpretando seres antropomórficos.
El único problema de esta entretenida y bien pulida película es que no viene a aportar mucho más que eso, una historia bien contada, lo cual le hará muy bien a quienes aman la franquicia y también a quienes están viendo una cinta de este estilo por primera vez. Al menos, claro siempre es un mérito hacer un producto que no aburra, y que tenga sentido. Las secuencias de acción fueron elaboradas por un excelente equipo creativo, y nunca realmente eclipsan la historia, ya que tanto el director como el guionista dejan puntos muy sencillos para seguir.
La franquicia de primates vs humanos no ha alcanzado un punto bajo con este film, que engancha a nuevas audiencias y prepara el escenario para futuras exploraciones de temas de legado, convivencia y la búsqueda constante de redención. Disponible en salas.
TELEVISIÓN
La legendaria serie de televisión británica “Doctor Who”, mantiene el récord Guinness como el programa de ciencia ficción de mayor duración de la historia. Transmitió sin interrupciones entre 1963 y 1989, y fue relanzada, con un éxito inmenso, en el 2005. A cargo en la actualidad de Russel T. Davies, la historia sigue a un alienigena con dos corazones capaz de regenerarse y reencarnarse una y otra vez, recorriendo el tiempo y el espacio, metiéndose en problemas y resolviendo otros.
La decimocuarta temporada de Doctor Who ha sido renombrada como “Temporada Uno”, marcada por la alianza entre la BBC con su nueva coproductora, Bad Wolf y la distribución mundial de la serie en todo el mundo por parte de Disney+. También claro, tenemos a un nuevo actor encarnando al Doctor, el británico Ncuti Gatwa (se pronuncia “Enshuti Gátua”), y a Millie Gibson en el papel de Ruby Sunday, su nueva compañera. Juntos, navegan a través del tiempo y el espacio, trayendo una mezcla de aventura, emoción y mucho comentario social.
En el primer episodio, “La Iglesia de Ruby Road”, el programa se sumerge directamente en la hasta ahora misteriosa historia de Ruby, revelando sus orígenes de una manera conmovedora y fantástica. Este episodio establece el tono de la temporada, combinando momentos emocionantes de una niña adoptada y criada con amor, con los elementos de ciencia ficción característicos de la serie. Aquí ya queda de manifiesto que Gatwa (recordado por su extraordinario rol en el hit de Netflix, “Sex Education”) tiene un carisma avasallador e instantáneo, equilibrando la confianza tradicional que se tiene con el querido personaje con una vulnerabilidad fresca. La nueva acompañante, Ruby, tiene una química innegable con su compañero, aportando determinación, independencia y curiosidad al papel. El flamante dúo dinámico emprende el primer viaje con una misión de rescate que involucra duendes y una aventura de cambios de tiempo.
El segundo episodio, “Bebés Espaciales”, se atreve a darnos una historia muy original con el riesgo de caer en la cursilería, llevando al dúo a encontrarse con bebés parlantes conduciendo una nave y el monstruo de la oscuridad que los acecha. De forma genial, la temida cursilería jamás llega o, digamos, llega en dosis adecuadas, abordando temas como el abandono y el cuidado, con comentarios sutiles sobre derechos reproductivos y el tratamiento de los más vulnerables. Los efectos visuales muestran un avance importante – gracias a la inversión de Disney- pero jamás eclipsan la bella narrativa.
“El Acorde del Diablo”, tercer episodio, entra en temas más densos que el anterior, presentando a un villano aterrador, pero memorable, Maestro, interpretado de forma sublime por Jinkx Monsoon. La trama integra hábilmente una (ficticia) crisis musical en 1963, que incluye un encuentro con Los Beatles y el legendario estudio EMI que pasaría a ser Abby Road en el futuro. Este episodio es el mejor ejemplo de la capacidad de este show de mezclar escenarios históricos con elementos fantásticos muy bien usados, recordando el memorable episodio de “Vincent y el Doctor” del 2010. En vez de pintura, este capítulo explora la música como herramienta de impacto a la humanidad, más que un arte mismo.
El cuarto episodio, “Boom” – escrito por el ex “showrunner” Steven Moffat- es más tenso, oscuro y provocador que los anteriores, dejando al Doctor inmovilizado tras pisar una mina terrestre en el futuro, totalmente vulnerable y en las manos de Ruby para navegar esta situación peligrosa. El guion de Moffat profundiza en temas de fe/religión, el significado de sacrificarse por otros y la capacidad humana de resiliencia, donde Gatwa brilla sin moverse demasiado, consagrando su interpretación. Con un entorno claustrofóbico, y la creciente tensión provocada por la mina que mantiene al Doctor en vilo, “Boom” se erige como un testimonio de la capacidad de la serie para equilibrar el Doctorama de alto riesgo con momentos íntimos de los personajes. Quizá no será el favorito de todos, pero quedará como uno de los más sólidos de una solidísima temporada.
El quinto episodio, “73 Yardas”, es lo mas parecido a los clásicos (y mejores) episodios de la clásica serie “La Dimension Desconocida”. En este caso, la visita del Doctor y Ruby a un acantilado galés en nuestro tiempo tiene consecuencias insospechadas, terroríficas, tristes y hasta épicas, luego que ella pisara un memorial/animita que hacen desaparecer al Doctor y cerrar las puertas de su nave, la TARDIS. Si los dos episodios anteriores consagraron al protagonista como el actorazo que es, este es la mejor muestra de la excelente elección de Millie Gibson. Un interesante capítulo, con tres secuencias de lujo: la llegada de Ruby a la posada en Gales, la breve esperanza de Ruby de lograr una ayuda de la legendaria Doctora. Stewart, y la escena en el estadio de futbol.
La decimocuarta, o “primera” temporada de Doctor Who, revitaliza la serie para los asiduos al shows y los nuevos espectadores. Un acierto por parte de la BBC que la casa de Mickey Mouse ha sabido capitalizar, por el bien de todos nosotros. Nuevos episodios cada viernes por Disney Plus Canada.