Por Raúl A. Pinto
La fascinante “Oppenheimer”, de uno de los directores más populares en la actualidad, Christopher Nolan, toma por el cuello a los espectadores de forma casi inmediata para adentrarnos en la vida de J. Robert Oppenheimer, el casi misterioso físico detrás de la creación de la bomba atómica. Cillian Murphy entra como un torrente interpretando al talentoso y atormentado científico, en una cinta que explora las complejidades del personaje, desde su brillantez, hasta las impactantes consecuencias de sus creaciones, pasando por su increíble ambición por dejar una marca a la posteridad.
La ya tradicional narrativa no lineal de Nolan enlaza, como siempre de forma magistral, las luchas tempranas del estadounidense en su época de estudiante hasta su papel crucial liderando el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial. Hay bastante interés por parte del director por mostrarlo como un genio visionario, sin escatimar en efectos visuales y la fotografía impresionante de Hoyte Van Hoytema y el uso de IMAX y cambios de blanco y negro a color de forma constante.
Es cierto que el telón de fondo de la historia es el impacto político de Oppenheimer y sus decisiones, pero su mirada es más cercana a los dilemas personales y morales que este enfrentó, incluyendo aquellas pertenecientes a las mujeres de su vida, acertadamente interpretadas por Emily Blunt y Florence Pugh, quienes hicieron lo que pudieron con su excelente talento, con un guión que, al menos a ellas, no les favoreció igual que a otros personajes.
Esto no ocurre con los personajes masculinos, muy bien escritos – e interpretados, hay que decirlo – por un elencazo que parte con Cillian Murphy y un impresionante Robert Downey Jr, además de Matt Damon, Kenneth Branagh, Michael Arangano, Rami Malek, Matthew Modine, Bennie Safdie, Josh Peck, Gary Oldman, Casey Affleck y otros.
Puede parecer una cinta un poco larga (tres horas de duración), pero a quienes gustan de la historia “Oppenheimer” es perfecta. Y que nadie se queje mas de Christopher Nolan y su narrativa intrincada: asi ha sido desde Memento, y es esa calidad mitad Scorsesiana, mitad Kubrickiana con un sazón Lynchiano, el que lo han convertido en lo que es hoy.
Estamos ante una poderosa obra maestra para hablar de una vida compleja. Es evidente que la película tiene una clara tendencia a buscar mostrar al controvertido científico como un white saviour de quien hay que compadecerse, y quien aparentemente fue una blanca paloma que casi por accidente termino siendo instrumental en la horripilante destrucción nuclear de dos ciudades japonesas. No olvidar este detalle antes de ver “Oppenheimer”. Disponible en salas.