Por Raúl A. Pinto
La muy esperada versión cinematográfica del cómic de DC “Black Adams” ha sido estrenada en estos días, y a pesar que logró unos decentes 67 millones de dólares en la taquilla norteamericana, logrando el número uno del box office el fin de semana de su estreno, y a pesar que se espera que muchísimo público vaya a verla en estos días, el resultado artístico tiene fallas tan evidentes como apabullantes.
Cuando los hermanos Adriana y Karim buscan la corona del rey Ahk-Ton para salva a su nación usando el precioso metal Eternium, para salva a su nación, la ficticia Kahndaq, de los problemas de colonialismo y corrupción que les afecta, en parte por los militares británicos (asumo, por el acento) y la organización Intergang, accidentalmente despiertan a una deidad congelada por cinco mil años, Teth-Adam, quien casualmente es también un justiciero volador. Cuando se nota que las intenciones del dormilón se confunden con la necesidad real del pueblo, la siempre “oportuna” sociedad occidental envía a tres superhéroes para detener a la supuesta amenaza.
El carisma del protagonista, Dwayne “The Rock” Johnson, es completamente anulado en esta cinta, dejando de lado el que quizá es la mayor virtud del ex luchador convertido en actor: en “Black Adams” no le dan lugar a bromear, o mostrar su histrionismo en ninguna manera más que luchando. Existen escenas de acción notables, y muy bien armadas, gracias al director catalán Jaume Collet-Serra, además de la presencia de Pierce Brosnan, Viola Davis, Aldis Hodge e incluso Noah Centineo, todos ellos grandes intérpretes cuando están en su elemento.
Pero cuando una cinta se termina olvidando minutos después de haberla visto, es porque las emociones fueron dejadas de lado en pos de grandes ideas que nunca logran cocinarse: inequidad, paz mundial, problemas sociales y racismo. Si la Warner Bros y DC Comics arreglan este entuerto, la franquicia podría convertirse en un éxito. Y si usted busca entretenerse, esta podría ser lo que busca. Énfasis en “podría”. Nota aparte al hecho que Kahndaq y Eternum me suenan altamente parecidos a Wakanda y Vibranium. No se quien lo hizo primero. Disponible en salas.
“Decision to Leave” es la nueva película del siempre impresionante director coreano Park Chan-wook, responsable de clásicos del cine de ese país asiático como The Handmaiden, Lady Vengeance, y una de las cintas más icónicas del siglo XXI, “Oldboy”. Su nueva cinta, que le dio el premio al Mejor Director en Cannes, es un giro tan inesperado como maravilloso en su carrera, con una historia detectivesca romántica. Su habilidad de pegarnos al asiento por mas de dos horas, gracias al cielo, sigue aquí.
Cuando el flemático policía Jang Hae-joon toma el caso de un hombre fallecido tras caer por un acantilado en un posible accidente, su vida cambiará de rumbo al conocer a su viuda, una mujer china que aun no habla coreano apropiadamente, que trabaja de enfermera y que podría o no podría haber asesinado a su marido. Y si, ambos se enamoran.
Usando todos los recursos que han hecho de su cine algo único, el director arma una pieza tremendamente romántica, en medio de una investigación sórdida que no necesita mostrar demasiado: el protagonista es un hombre casado, con una ética laboral tremenda, y no toma un paso sin pensar lo que va a hacer: es esa minuciosidad la que además lo hacen una gran persona, por lo que toma sus sentimientos con mucha lentitud, mientras descubre datos del caso que lo van sorprendiendo cada vez más. Una cinta impresionante, que realmente se disfruta en sus casi dos horas y media de duración, Véala usted también. Disponible en salas.