Por Raúl A. Pinto
“Dragon Ball Super: Super Hero” acaba de caer en los cines canadienses, con una tremenda respuesta en taquilla por parte de fans hardcore de la serie animada y las películas que le siguieron. Afortunadamente, el director debutante Tetsuro Kodama, sobrepasa las expectativas con el mero y loable afán de entretener con calidad.
A alguien se le ocurrió enviar un ataque a Piccolo, quien se encontraba relajado meditando, prueba perfecta de que la pandemia también afecto a seres sobrenaturales. Tras básicamente comerse a su enemigo sin dejar migas, el villano deja su guarida para encontrar a quienes osaron emboscarlo. Esta búsqueda lo llevará a verse nuevamente con Gokú y Vegeta. Si son fans de la serie, saben que significa esto. Si no son fans de la serie, prepárese para una impresionante cinta de acción, suspenso y comedia.
Es destacable el esfuerzo por incorporar técnica de animación en 3D junto a la animación tradicional de la serie, un proceso al cual Japón esta acostumbrado. Hecha tanto como para seguidores como nuevos espectadores, la película no solo no defrauda, sino que nos deja el sentimiento de haber gastado bien nuestro tiempo. Disponible en salas.
En “Me Time”, Kevin Hart y Mark Whalberg son amigos que se reencuentran después de mucho tiempo. El primero es un padre y dueño de casa abnegado que decide tomarse un tiempo para por el fin de semana. El segundo lo invita a descubrir el estilo de vida libre y algo desenfrenado que ha estado llevando por mucho tiempo. No tengo la intención de decirle que vea o no vea una película, pero sí puedo decirle que, precisamente ésta, no es de mi agrado.
A pesar de intentar ser graciosa, y de tener talentos como los protagonistas o la gran Regina Hall, ninguno de los chistes, las situaciones, o diálogos parecieran ser hechos con mucho cariño que digamos. Las promesas de una buena película continúan hasta el final, sin entregarnos mucho, ni siquiera entretención. Pero esta llena de humor para adultos, y Kevin Hart sigue siendo Kevin Hart, así que probablemente usted la disfrute. Probablemente. Advertido queda. Disponible en Netflix.
Lo que si me gustaría que usted disfrutara tanto como yo es la nueva serie de Marvel, “She-Hulk”, protagonizada por la sin par Tatiana Maslany. Luego de haber creado docenas de complejos personajes en “Orphan Black”, y de haber tomado un oscuro rol en “Perry Mason”, Maslany se mueve con soltura en la sencilla y fresca trama de esta comedia de acción que, gracias al cielo, está a la altura de lo que la actriz trae.
Tras un accidente automovilístico junto a su primo, el mismísimo Bruce Banner (Mark Ruffalo, a quien siempre da gusto ver en cualquier papel), la recientemente graduada abogada Jennifer Walters recibe por accidente gotas de sangre de él dentro de sus propias heridas. Al ser parientes, y compartir gran parte del ADN de Banner, ella se convierte en una versión de Hulk.
El gran “chiste” y al mismo tiempo la gran premisa, es que Walters es, bueno, una mujer, por lo cual controlar la rabia, el enojo y el estrés es algo a lo que ella siempre ha estado acostumbrada, lo cual automáticamente hace que los constantes problemas y contradicciones que hemos visto a Hulk sufrir en las películas Marvel aquí simplemente no existen. Jennifer Walters, para sorpresa de su pariente, continua su trabajo de abogada que ella ama tanto ama, y puede convertirse en She-Hulk cuando le parezca.
Con constantes miradas a la cámara para contarnos sus secretos o solo comentar sus impresiones de lo que ocurre (una característica que viene desde la primera edición del cómic de este personaje en los 80’s), nadie se toma en serio lo que ocurre, y al mismo tiempo las secuencias de acción son muy bien logradas. Sin las complejidades de la también excelente “Ms Marvel”, “She-Hulk: Attorney-at-law” es un deleite. Disponible en Disney Plus Canada.