Por Raúl A. Pinto
Mientras se acerca la temporada estival, recomendamos cuatro películas de acción para ver en el cine. Revise conmigo estas recomendaciones
“Civil War”, del director Alex Garland, pinta un retrato inquietante, pero desafortunadamente predecible, de un EEUU literalmente fracturado y desgarrado por la violencia y el extremismo, si éste tomara la ansiada “libertad” que la ultraderecha siempre proclama amar.
El talento de Garland, tal como en sus previas películas como ‘Ex Machina’ o “Anihilation”, muestra una dirección hábil y un guion inteligente en la creación de mundos distópicos convincentes y provoca reflexiones profundas sobre temas existenciales en tiempos de crisis. “Civil War’ ofrecer una visión visceral y provocativa de esta imposible y al mismo tiempo muy posible, guerra civil que EEUU podría experimentar si las cosas cambiaran un poco para mal. No hay puntos medios en la historia; los conflictos son conflictos, y la vida es injusta.
Ambientada en una ficticia Segunda Guerra Civil, en un futuro no tan lejano, la película sigue a un equipo de periodistas que vive en riesgo permanente, al navegar por el paisaje traicionero de una nación en crisis, intentando informar y no asquearse en el intento. Y no morir. Ellos son el núcleo de la película, cuyos roles como testigos de la historia proporcionan una lente convincente a través de la cual explorar los temas de objetividad y humanidad en medio de la inhumanidad. Como siempre, gran trabajo de Dunst, como Lee, una fotoperiodista veterana que lucha con las complejidades morales de su profesión.
Aunque la cinta es tremendamente disfrutable, en parte gracias a la genial fotografía de Rob Hardy, y las mencionadas actuaciones (con menciones mas que honrosas a Nick Offerman, Wagner Moura, Cailee Spaeny y un cameo oscarizable de Jesse Plemons), “Civil War” pareciera, en cierto punto, no querer adentrarse en las complejidades políticas que precipitaron el conflicto, dejando a los espectadores solos para sacar cuentas y entender la fábula. Este tipo de mensajes abiertos pueden llegar a ser un problema, pues en cierto momento, considero, necesitamos ver puntos de vista concretos para entender mejor el conflicto, por muy confuso que se vea. La búsqueda de universalidad termina dejando la cinta con gusto a que algo faltó.
Al final, y por encima de esta observación, “Guerra Civil” es una película provocativa y reflexiva, que debe ser vista por mucha gente, estudiantes incluidos. Porque sirve de forma efectiva como recordatorio de los peligros de la división nacional y la importancia de ser testigo y sacar la voz sobre las atrocidades que ocurren en el mundo. Garland sabe cómo advertirnos, y el que quiere tomar nota disfruta la cinta de mejor manera. Disponible en salas.
El poder estrenar “Monkey Man” tomo bastante tiempo y esfuerzo. Esta producción independiente originalmente estaba programada para ser filmada en locaciones en la India, pero el proyecto se vio entrampado debido a las interrupciones imprevistas causadas por la pandemia de COVID-19. Obligado a adaptarse a lo que viniera, el director y protagonista, Dev Patel, tomó la decisión de trasladar la filmación a una pequeña isla en Indonesia, donde el elenco y el equipo de filmación trabajaron a base de recursos limitadísimos, y los consiguientes problemas de logística.
A pesar de todo esto, la determinación y el ingenio del actor nominado al Oscar finalmente prevalecieron, dando como resultado una película que sirve como un testimonio más de lo bello que puede resultar en arte en medio de la resistencia. Hoy Patel es el director novel del momento, con un debut explosivo, endorsado por Monkey Paw, la compañía productora de Jordan Peele.
“Monkey Man” es un thriller de acción, visceral y sólido, que no necesariamente rompe las convenciones del género, pero deja una muy buena impresión en el espectador por la mirada fresca que da la visión multicultural que tanta falta nos hace. Dev Patel interpreta a ‘Kid’, una figura misteriosa en una búsqueda implacable de venganza en las bulliciosas calles de Mumbai. El navega el peligroso submundo de los clubes de pelea ilegales y las élites corruptas con una intensidad tranquila, reminiscente de los antihéroes clásicos. No solo recuerda al reciente John Wick, también al Vengador Toxico que Charles Bronson hizo en los 70’s, y en cierta manera, al Phillip Marlowe de los 40’s.
La originalidad también viene de la mixtura de acción hollywoodense/asiática y una narrativa empapada de mitología india y comentarios políticos en boga. Las secuencias de acción son feroces e inventivas, inspiradas en una amplia gama de influencias que incluyen el popular cine de venganza surcoreano que tanta fama tiene hoy. Patel cuida muy bien de sus actores, incluyéndose el mismo, con un tremendo compromiso con sus líneas, diálogos y reacciones, y la importancia de no dejar de interpretar cuando se están haciendo demostraciones físico-aeróbicas.
Quizá lo más distintivo de “Monkey Man” es su retrato sin concesiones de lo que significa la injusticia social y las comunidades marginadas. La película toma tiempo para mostrar la difícil situación de los hijras, grupo transgénero tradicional en el Sudasia, y la resistencia y agencia que toma frente a la opresión. Déjenme decirles, Patel entrelaza estos temas socio-políticos casi sin problemas en la narrativa, dando una excelente profundidad y matiz a una historia ya cautivadora. Los problemas de “Monkey Man” son mínimos (demasiados flashbacks, o la poca profundidad de algunos secundarios, como Alphonso o Sita), pero a diferencia de otros debuts, como “American Fiction” el director hace muy bien su trabajo. Vaya a verla y disfrútela. Disponible en salas.
A veces las películas tienen que, simplemente, entretener, y sacarnos de la realidad por un par de horas. Damas y caballero, démosle la entrada en esta categoría a “Godzilla vs. Kong: El Nuevo Imperio”.
Vemos aquí un choque colosal de titanes icónicos, que ofrece un espectáculo emocionante para los fanáticos del género de monstruos y de la acción en general. El director Adam Wingard no ha logrado siempre tener buenas críticas en sus películas, pero la taquilla si que ha estado de su lado. Ahí tenemos exitazos comerciales como “Blair Witch” y la precuela de esta pelicula, “Godzilla vs Kong”. Aquí Wingard amplifica la escala y la intensidad de su predecesora, ambientándola en un mundo donde la humanidad lucha con las consecuencias de liberar a estas bestias imponentes, que seguimos mientras ambas luchan por la supremacía sobre el dominio de la Tierra.
Aprovechando el trabajo previo de sus predecesoras, “El Nuevo Imperio” profundiza en la “mitología” que rodea a Godzilla y Kong, explorando brevemente en sus orígenes y motivaciones con una perspectiva moderna. Y aunque los personajes humanos a veces quedan medio opacados por los monstruos – no lo digo quejándome- estos proporcionan cierto anclaje ante el caos reinante, con actuaciones decentes y destacadas del elenco. Nunca es una mala decisión el elegir colosales y poco valorados actores como Rebeca Hall, Bryan Tyree Henry y Dan Stevens.
El cineasta no escatima en gastos, presentando impresionantes imágenes visuales (véala en IMAX!), y una muy buena integración de CGI. El espectador es transportado a un reino donde los monstruos de tamaño rascacielos deambulan ante la atenta mirada de humanos asustados. Las secuencias de acción están especialmente bien logradas, con los poderosos y feroces Godzilla y Kong agarrándose a trompadas en batallas impactantes en la gran ciudad. Sin ser magistral como la destacada “Godzilla Minus One”, este film tiene una loable atención al detalle en el diseño de las criaturas.
Podemos mencionar que la película a veces tiene escenas demasiado recargadas, pero no obnubila tanto, gracias al pulso constante de la historia. Al menos yo quedé enganchado e interesado de principio a fin, con un excelente desenlace en, ya lo adivinaron, un enfrentamiento climático entre ambas bestias, que cumple con la promesa de un espectáculo épico. El cine comercial no tiene que ser algo malo.
En general, “Godzilla vs. Kong: El Nuevo Imperio” es una entretenida adición al cine blockbusteriano, más o menos olvidable, pero con perspectivas fuertes de envejecer muy bien. Bien por Wingard, y las criaturas que hemos amado/odiado por tantas décadas. Disponible en salas.
En “Cazafantasmas: Imperio Helado” (Ghostbusters: Frozen Empire), el director Gil Kenan y su co-guionista Jason Reitman llevan a los espectadores de vuelta al mundo sobrenatural que conocemos desde los 80’s, fusionando la nostalgia con caras nuevas y “desafíos” entretenidos. Ambientada dos años después de los eventos de “Ghostbusters: Afterlife”, esta secuela introduce una amenaza escalofriante en la forma de Garraka, una deidad con el poder de “congelar” la muerte, con aspiraciones de construir un ejército espectral y dominarlo todo. Garraka, eso sí, no contaba con los experimentados Cazafantasmas – y sus nuevos reclutas- que en equipo se embarcan en una misión para salvar la ciudad de Nueva York de – horror! – congelarse por completo.
En esta entrega, la familia Spengler, conformada por Phoebe (Mckenna Grace), Trevor (Finn Wolfhard) y su madre Callie (Carrie Coon) tropiezan con un misterioso orbe, desencadenando inadvertidamente una serie de eventos que amenazan la misma esencia de la Gran Manzana. Junto con sus excéntricos aliados, los Cazafantasmas, deben pasar por encima de una serie de enemigos sobrenaturales, mientras enfrentan a Garraka, quien se encontraba contenida dentro del orbe y escapa gracias a ellos.
Tras algunas dificultades, llegan a ayudar los veteranos Dr. Ray Stantz (Dan Aykroyd), Dr. Peter Venkman (Bill Murray) y Dr. Winston Zeddemore (Ernie Hudson), quienes al menos tienen la experiencia de haberse enfrentado a otros fantasmas en el pasado, pero que no son necesariamente infalibles en estos casos. Los involucrados tendrán que aprender, o re-aprender, a unirse para, posiblemente, contener el monstruo y evitar la catástrofe. Después de todo, el famoso orbe, y Garraka misma, tienen bastante más historia y secretos a desenterrar para lograr vencerla.
“Imperio Helado” captura en general la esencia de la franquicia, gracias a la aparición de los legendarios actores de la cinta original, y del guion coescrito por Reitman, hijo del director original, Ivan Reitman. Sin ser la mejor de la saga, y bien por debajo de la vapuleada y poco valorada versión femenina, es genial haberles dado más protagonismo al elenco original. De hecho, quedamos con gusto a poco, especialmente de no ver tanto al sin par Bill Murray. Mayor protagonismo de los veteranos quizá hubiera salvado la historia, la cual se complica atando cabos para todos los personajes, cuando podría haberse enfocado en el conflicto central, algo que otros directores de acción coral como Luc Besson manejan de forma maestra.
Al final de cuentas, “Cazafantasmas: Imperio Congelado” ofrece un viaje entretenido para los fanáticos de la franquicia y quienes quieran pasar el rato, con elementos antiguos y chistes frescos que caen muy bien. No hay nada novedoso en este film, y es posible que no logre demasiada relevancia. Espero equivocarme. En un mundo de secuelas mal usadas, está todavía tiene un poco de chispa. Disponible en salas.