Por Raúl A. Pinto
Disney ha vuelto a sumergirse en su legado animado con Snow White, la última reimaginación en acción real de su catálogo clásico. A estas alturas, la lista ya es larga, desde algunas que funcionaron bien (“La Bella y la Bestia”, “El Rey León”, “Aladino”) hasta aquellas que algunos ni siquiera notaron (“Pinocho”, de Robert Zemeckis, con Tom Hanks o “Dumbo” de Tim Burton) y las poco valoradas (la extraordinaria “Cruella”), como también las que vienen, tras el estreno del trailer de “Lilo y Stitch”.

“Blanca Nieves” es una adaptación de la cinta esencial de 1937, que no sólo fue una de las mejores películas de la historia, sino literalmente LA primera película animada jamás hecha. La película es dirigida por Marc Webb, quien a pesar de no ser tan conocido dirigió las frescas versiones de Spider-Man con Andrew Garfield a la cabeza, y el clásico milenial “500 Days of Summer”, además de video clips clásicos de los 2000’s.
Esta película ha venido siendo vilipendiada desde su concepción, principalmente por comentarios racistas a su protagonista, la colombiana-estadounidense Rachel Zegler, y las pésimas reacciones en los trailers hacia los enanos generados por computadora. Veamos que tan buena es…

La mencionada Zegler, quien ya demostró su talento en “West Side Story” de Spielberg, brilla en el papel principal, aportando una combinación de valentía y dulzura perfecta que encaja con el personaje. Ella nació para hacer musicales, y podría ser la nueva estrella del género. Por otra parte, tenemos a Gal Gadot, quien puede trabajar muy bien sus personajes gélidos, y que aquí disfruta cada segundo como la malévola Reina Maléfica.
La película destaca visualmente, con escenarios grandiosos muy bien hechos, y una paleta de colores vibrante que mantiene el tono de cuento de hadas, y hacen que los años de espera valgan la pena. Las secuencias musicales son, en su mayoría, efectivas, gracias nuevamente al talento de Zegler y también a Gadot, entregando un número villanesco bien armado, a pesar de su versión algo caricaturesca para interpretar el clásico personaje. La historia también hace ajustes, no muy notorios, pero si significativos, que buscan dar más complejidad y trasfondo a su protagonista, alejándola de la pasividad acartonada del film animado de 1937 y dándole el cariz de una líder en potencia. Algunos puristas del clásico original podrían debatir estos cambios, pero eso no tiene mayor importancia, especialmente cuando la película está diseñada para los menores de edad.

Ahora, el elefante en el cuarto: la mayor distracción en pantalla, son los Siete Enanos hechos con CGI y captura de movimiento, que excluyó la posibilidad de tener actores pequeños en el elenco. Aunque los animadores han intentado dotar a cada uno de personalidad, la ejecución no se siente buena, y en ocasiones, incluso sabiendo que esto es ficción, se siente antinatural.
A pesar de sus defectos, Snow White logra mantenerse a flote gracias a su protagonista y su espectacularidad visual. No es la mejor live-action de Disney, pero está entre las buenas de esta iniciativa. Disponible en salas.
