Por Raúl A. Pinto
La quinta fase del Universo Cinemático de Marvel (MCI, por sus siglas en inglés) ha comenzado oficialmente con el estreno de “Ant-Man and The Wasp: Quantumania”, una extravagancia explosiva que toma un poco de aquellas cintas que lograron mayor popularidad entre los fans, especialmente aquellas dirigidas por James Gunn y Taika Waititi, además de la excelente estructura que Edgar Wright dejó en la prehistoria marveliana antes de abandonar la película original del Hombre Hormiga.
En esta ocasión, el director Peyton Reed, el guionista novel Jeff Loveness (veterano de la televisión, con guiones para “Rick and Morty”, “Miracle Workers”, y los talk-shows “Jimmy Kimmel Live” y “The Onion”), y la estrella de la ahora trilogía, Paul Rudd, ponen demasiado carne a la parrilla, lo cual no necesariamente es algo malo: como decían en mi tierra, es mejor que zozobre a que fa-falte.
Basado en los personajes del comic de Jack Kirby, aquí nos encontramos con la familia finalmente reunida y feliz: Scott Lang ha logrado reconocimiento y prestigio tras una vida difícil (con un libro de memorias incluido), Hank y Janet parecen por fin vivir de forma apacible, Hope esta usando su poder para ayudar a mejorar el mundo, y la hija de Scott, Cassie, ha crecido hasta ser una genio de la ciencia para su generación.
Y bueno, cosas salen mal y, para hacer la historia corta, la familia completa es arrastrada hacia el Reino Cuántico donde Janet estuvo atrapada por décadas. Dentro de éste, las cosas se ponen color de hormiga, porque (¡horror!) una civilización completa, y de paso algunos villanos del pasado, del presente y de otras dimensiones (te hablo a ti, Kang el Conquistador), se apersonan ante la oportunidad de salir a (¡sorpresa!) dominar el mundo.
La película tiene suficientes efectos especiales y secuencias de acción (vaya pelea la del final) para avanzar sin aburrir demasiado, aunque se extraña el humor desvergonzado de las primeras partes de la saga. Paul Rudd haciendo y dando la réplica a chistes y frases pseudo inteligentes es lo que ha hecho de Ant-Man lo que es hoy. Como ya ha ocurrido, Marvel tiene la necesidad de atragantarnos de contenido, con demasiadas historias que procesar, las cuales (¿Quéee?) no terminan resueltas del todo.
Todos los actores hacen un excelente trabajo, especialmente Michelle Pfeiffer, a quien da gusto ver en papeles bien escritos, y don Jonathan Majors, brillando con talento, presencia y ángel, a pasos de convertirse en el próximo Thanos. No literalmente.
Solo quiero dar dos spoilers menores: el primero es que el personaje de Majors es una variante en otra dimensión de su personaje de la serie “Loki”; es importante no confundir. El segundo es que Michael Peña no esta aquí. Pusieron historias secundarias para haber hecho dos temporadas de una serie, pero el latino más querido de Marvel no sale. Eso. Igual esta buena la película. Disponible en salas.