Por Raúl A. Pinto
“American Fiction”, ganadora del People’s Choice Award en el pasado Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), es una brillante exploración de las complejidades que rodean la raza, la identidad y el éxito en la sociedad contemporánea. Dirigida y escrita por Cord Jefferson, en un debut cinematográfico brillante que le dio el Oscar al Mejor Guion Adaptado, la película cautiva con su meticulosa atención al detalle y su narrativa fresca pero de la “vieja escuela”, que recuerda a otros grandes debutantes del cine como Spike Jonze, Spike Lee y Orson Welles. No se le ha dado mucha prensa a la cuidadosa curaduría de cada escena por parte de Jefferson en vestuario, fotografía y dirección de arte, que junto a sus diálogos afilados, mueven la narrativa más allá de la mera sátira, entregando un comentario conmovedor sobre las luchas enfrentadas por los artistas negros en una industria predominantemente blanca.
En el corazón de la película tenemos las dudas eternas de Thelonious “Monk” Ellison (Jeffrey Wright), un escritor y profesor afroamericano altamente inteligente, pero atormentado por su carrera, con excelentes críticas, pero bajas ventas y popularidad de sus escritos. Monk piensa que esto se debe a la falta de “negritud” que sus libros tienen, que no se apegan a los estereotipos que las editoriales buscan. Frustrado por las expectativas de la industria y sus dificultades financieras, sumados a la pérdida de un ser querido y la demencia incipiente de su madre, Monk se embarca en un experimento audaz: escribir una novela satírica, “Mi Pafología”, bajo seudónimo, y ridiculizando los clichés y estereotipos pervasivos en la literatura de autores negros. Sin embargo, cuando el libro es aclamado como una obra profunda con “comentario social”, el autor se encuentra en el centro de la atención mediática, teniendo que lidiar con las consecuencias de su engaño; el odia la atención que el libro y el supuesto “escritor” generan, pero las perspectivas de no pasar más necesidades económicas lo hacen dudar de sus ideales.
A esto se suma su vida personal, que se va complicando aún más por los problemas mencionados, en los que nada ayuda su único hermano, un médico cirujano exitoso pero extremadamente traumado por la crianza familiar y su turbulento pasado.
Tal como en la ficción, esta película ha sido aclamada por la crítica por su aguda exploración de la raza, la identidad y la integridad artística. “American Fiction” sale del montón en el género de la sátira, ofreciendo un original comentario sobre la intersección de cultura, comercio y apropiación cultural.
En las actuaciones, Jeffrey Wright ofrece una interpretación destacadísima como Monk, dotando al personaje de una mezcla convincente de vulnerabilidad y determinación, gracias a la elegancia habitual del actor, pero infundido en rabia y dolor. También el resto del elenco lo hace muy bien, con mención especial a Issa Rae, y Sterling K. Brown entrega todo en la pantalla como el hermano atormentado, a quien queremos que tenga una mejor vida y que sea feliz.
Como punto en contra – aunque no TAN en contra – podemos decir que mientras el tercer acto de la película proporciona momentos conmovedores y graciosos, ciertos arcos de personajes, como la nueva pareja, la madre, o el mencionado hermano de Monk, se sienten poco desarrollados, o con historias sin resolver. En todo caso, “American Fiction” sigue siendo una experiencia cinematográfica cautivadora y oportuna, que recuerda filmes perspicaces de la edad dorada de la sátira en Hollywood, como “His Girl’s Friday” y “Ninotchka”.
En esencia, “American Fiction” es una película necesaria, a la que espero ver envejecer bien, que llega tanto a los cinéfilos como a los comentaristas sociales, sean conservadores o “wokes”, con humor, visión y profundidad emocional que no se olvida. Disponible en Amazon Prime.