Rodrigo Díaz M.
Más de 800 objetos podrían perderse para la memoria histórica después de que una auditoría del Museo Canadiense de Historia descubriera que faltaba inventario y que la corporación no tenía planes para solucionar el problema.
La Oficina del Auditor General de Canadá elaboró el informe, en el que se examinaba la forma en que el museo llevaba a cabo sus prácticas de gestión y sus operaciones.
Entre los problemas detectados por la auditoría figuraba lo que denominó una “deficiencia significativa” en las prácticas de conservación del museo, que exponía sus colecciones a diversos riesgos, entre ellos la falta de un sistema sólido de gestión de inventarios.
Según el informe, entre 2012 y 2022 se declararon desaparecidas más de 800 piezas.
Además, más de 300 objetos del museo no estaban almacenados correctamente, y había otros miles que carecían de información sobre su procedencia, hasta un total de más de 15 mil.
El informe también descubrió que había una “falta de revisiones periódicas y sistemáticas” del acceso electrónico de seguridad entre el personal a lugares como las cámaras acorazadas y otros lugares en los que se almacenaban las colecciones.
“Estos hallazgos son importantes porque una conservación y salvaguarda adecuadas ayudan a mantener los objetos históricos para las generaciones futuras, lo cual es un componente fundamental del mandato de la corporación”, decía el informe.
Sin embargo, no todo fue negativo para el museo, ya que la auditoría señaló que aplicaba buenas prácticas en materia de gobierno corporativo, planificación estratégica y gestión de riesgos, aunque afirmó que aún podían introducirse mejoras.
En general, a pesar de las deficiencias señaladas en el informe, como los cientos de objetos desaparecidos, el Museo Canadiense de Historia ha mantenido razonablemente los sistemas y prácticas para “llevar a cabo su mandato”.
La corporación gestiona colecciones de más de cuatro millones de objetos en el Museo Canadiense de Historia y el Museo Canadiense de la Guerra.
Los objetos desaparecidos no son el primer caso de este tipo que afecta a una institución canadiense.
La Real Casa de la Moneda de Canadá se ha enfrentado a robos en los últimos años por parte de empleados, uno de los cuales fue despedido en el 2018 después de que se descubriera que faltaban aproximadamente 110 mil dólares en oro de sus instalaciones en Ottawa.
Otro empleado de la Casa de la Moneda fue acusado en el 2016 de contrabandear unos 180 mil dólares en oro.