Rodrigo Díaz M.
Se han descubierto más de cinco mil nuevas especies en un futuro yacimiento minero de aguas profundas en el Océano Pacífico.
Conocida como la Zona Clarion-Clipperton (CCZ), esta zona rica en minerales se extiende a lo largo de seis millones de kilómetros cuadrados desde México hasta Hawai.
Con una superficie dos veces mayor que la de la India, la CCZ ya ha sido dividida en concesiones mineras para su futura explotación. Las empresas están ansiosas por explotar los abundantes yacimientos de materiales clave para las baterías, como el manganeso y el cobalto, que se encuentran entre cuatro y seis mil metros bajo la superficie.
Para entender mejor lo que podría estar en peligro cuando empiece la minería, un equipo de biólogos dirigido por el Museo de Historia Natural de Londres estudió la biodiversidad de la región. De las 5.578 especies que identificaron, aproximadamente el 90% eran totalmente nuevas para la ciencia.
“Compartimos este planeta con toda esta asombrosa biodiversidad, y tenemos la responsabilidad de comprenderla y protegerla”, declaró la autora principal y ecóloga de aguas profundas del Museo de Historia Natural, Muriel Rabone, en un comunicado de prensa.
El equipo recopiló una lista de todas las especies encontradas en estudios anteriores de la región, y también se embarcó en sus propias expediciones de investigación para estudiar el fondo oceánico.
Utilizando técnicas como vehículos teledirigidos y muestreo de núcleos, que consiste básicamente en una caja que recoge material del fondo marino, recogieron más de 100 mil registros de criaturas de las profundidades de este desierto submarino en gran parte virgen.
“Es un barco grande, pero parece diminuto en medio del océano”, dice Rabone de los cruceros de investigación. “Y fue asombroso: en cada caja de muestras veíamos especies nuevas”.
Los tipos de animales más comunes eran artrópodos, equinodermos, gusanos y esponjas. Entre las especies recién descubiertas figura la llamada “ardilla de goma”, un pepino de mar de aspecto gelatinoso con una gran cola. Sólo se han visto seis especies en otros lugares del océano.
“Algunas de las esponjas parecen las clásicas esponjas de baño, y otras parecen jarrones. Son preciosas”, dice Rabone. “Una de mis favoritas son las esponjas de cristal. Tienen esas pequeñas espinas y, al microscopio, parecen pequeñas lámparas de araña o pequeñas esculturas”.
El estudio, que incluye imágenes, se publicó la semana pasada en la revista Current Biology.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, afiliada a la ONU y creada para regular la minería en aguas internacionales, empieza a aceptar solicitudes para explotar la CCZ en julio. La minería comercial de los fondos marinos, que aún se encuentra en fase exploratoria, recogería depósitos del tamaño de una patata conocidos como “nódulos polimetálicos” que pueden encontrarse en el lecho marino de la región y justo debajo de él.
“Hay tantas especies maravillosas en la CCZ que, ante la posibilidad de que se lleven a cabo actividades mineras, es doblemente importante que sepamos más sobre estos hábitats tan poco estudiados”, afirma Rabone.
Mientras empresas y países como China y Estados Unidos persiguen la explotación minera de los fondos marinos, otros como Francia, Chile y Canadá han pedido moratorias o prohibiciones en sus aguas por motivos medioambientales.