“Si quieren hablar español, regrésense a su país”, les gritó a dos hermanos mexicanos dentro de un elevador un estadunidense que radica en Toronto, según una historia publicada en diversos medios de comunicación de México por la periodista canadiense Isabel Inclán.
De nuestra redacción
TORONTO. Según el relato, el cual ha generado una lluvia de comentarios y condenas a través de las redes sociales, entre el piso uno y cuatro el “gringo” les dijo que en Estados Unidos “hay muchos como ustedes y por eso los quieren echar”. Para su sorpresa, Erica y Luis le respondieron “somos canadienses, aquí nacimos”.
Pero la discriminación no acabó ahí, pues una hora después del incidente tocaron a su puerta dos policías, quienes de inmediato ingresaron al departamento, ubicado en el cuarto piso de la calle Ontario, en el centro-este de Toronto.
Los uniformados indicaron que recibieron una llamada anónima y les pidieron sus papeles. Erica les dijo que era canadiense, a lo que uno de ellos espetó: “¡No!, mírate, no pareces canadiense”.
Mientras los oficiales llamaban al Ministerio de Inmigración para verificar los nombres que aparecían en los papeles que estaban sobre la mesa (correspondencia y recibos), Erica buscaba desesperada entre sus cajones su pasaporte y acta de nacimiento canadienses.
No convencidos con estas contundentes pruebas de ciudadanía canadiense, le pidieron su tarjeta de salud, donde también aparece una fotografía del titular.
“Fue hasta ese momento que empezaron a calmarse y a tratarnos mejor. Al principio nos hablaron hasta con groserías. Nos presionaron sobre nuestros papeles de identidad”, dijo Erica Argüelles, de 25 años de edad, a la periodista, quien es corresponsal de la agencia de prensa Notimex, en Toronto.
Explica que Erica y su hermano Luis, de 23 años, nacieron en Canadá, donde vivieron hasta los cinco años (ella). Sus padres, quienes habían pisado suelo canadiense por motivos de trabajo, decidieron después de cinco inviernos regresar a México.
Veinte años después y ya siendo madre de un pequeño de siete años, Erica y su hermano decidieron regresar al país donde nacieron en busca de un mejor futuro para ellos y para el pequeño Elliot.
“Nos costó trabajo encontrar dónde vivir, pues piden referencia, historia crediticia y, aunque somos canadienses, no teníamos esas referencias”, comentó Luis. Finalmente encontraron un departamento en un céntrico edificio de 15 pisos cerca de Bloor y Sherbourne, donde –según dijeron– viven personas de diferentes culturas.
Según el relato, una tarde de la semana pasada Erica y su hermano entraron al elevador de su edificio y hablaban español cuando un hombre como de 40 años les reclamó que debieran hablar inglés o francés.
Les dijo que era estadunidense y que “allá hay muchos como ustedes”, asumiendo que eran mexicanos indocumentados. “Si quieren hablar español, regrésense a su país”, les gritó, a lo que Erica le respondió “aquí nacimos”.
“Los vecinos de este edificio son de muchas razas y ninguno había sido grosero, son amables, algunos sonrientes, hasta abren la puerta para pasar, pero ese señor nos trató muy mal”, señaló Erica.
Una hora después de sucedido el este incidente llegó la policía y los inquirió como si fueran indocumentados: “gritando y con groserías me pedían los papeles. Mi niño se asustó, pero aun así empezó a grabar con el celular”.
Los hermanos Argüelles compartieron esta amarga experiencia en las redes sociales junto con la foto de los oficiales (ocultando el rostro).
“Vamos a presentar una queja ante la Real Policía Montada de Canadá y también a la administración del edificio”, afirmaron.