Por Nora Cifuentes.
EFE/REPORTAJES
Internet nos ofrece todo un océano por el que navegar encontrando información sobre los temas que nos inquietan y uno de ellos es la salud. Sin embargo, en la era de la posverdad y las “fake news”, corremos el riesgo de confundir las noticias útiles con los chismes.
Según un análisis llevado a cabo por el medio británico The Independent, la mitad de noticias compartidas en Facebook que tenían la palabra “cáncer” en el titular eran falsas o, como poco, fueron desacreditadas por médicos, autoridades sanitarias, o las propias fuentes del artículo.
En esa línea se expresa el doctor Sergio Vañó, presidente de la Asociación de Investigadores en Salud y dermatólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid (España) y comenta a Efe que “gran parte de los bulos de Internet afectan a la salud porque es un sector que concierne al 100 % de la población”.
Ante esto, han surgido iniciativas como “#SaludSinBulos” (http://saludsinbulos.com), un sitio web en el que los expertos desmienten los embustes más comunes o los más peligrosos que se extienden a través de la red. He aquí algunos de ellos y sus explicaciones.
“EL AGUA CON LIMÓN EN AYUNAS”.
A beber zumo de limón diluido en agua se le atribuyen un montón de beneficios, entre ellos, adelgazantes, “detox” y anticancerígenos. Algunos los comparte con las supuestas propiedades de los zumos de limón o remolacha con bicarbonato, según explican en “#SaludSinBulos”.
Sin embargo, según la farmaceútica Marián García, autora del blog www.boticariagarcia.com, el del limón es “uno de los bulos más habituales”, según ha explicado durante en su intervención durante la mesa redonda “La infoxicación en salud y su relación con las ‘fake news’”, del XIV Congreso de la Asociación de Nacional de Informadores de Salud (ANIS).
García ha recalcado que “no hay evidencia científica de que cure o prevenga ninguna enfermedad. Tampoco aumenta las defensas, ni depura, ni detoxifica”.
“LAS VACUNAS CAUSAN AUTISMO”.
Probablemente sea uno de los engaños más peligrosos, puesto que ha servido para generar todo un movimiento “antivacunas”, incluyendo a padres que han rehusado vacunar a sus hijos con consecuencias muy graves en algunos casos.
Esta creencia falsa tiene su origen en un ensayo clínico llevado a cabo en 1998 por el médico británico Andrew Wakefield, y que se publicó en la revista médica “The Lancet”. El estudio, en el que participaron 12 niños, relacionaba la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) con el autismo.
El año siguiente a la publicación de Wakefield las vacunas descendieron en un 7%, y, en la década posterior, este porcentaje ha ido aumentando a pesar de que diversas asociaciones y colegios de expertos han desmentido el rumor.
Se trataba, sin embargo, de una investigación falseada: dos años más tarde el Colegio General Médico Británico indagó al respecto de dicho estudio y, en 2010, retiró a Wakefield la licencia médica.
Además, tal y como explican en “#SaludSinBulos”, el medio “The Lancet” habría cobrado unos 80.000 dólares de un organismo que, supuestamente, estudiaba los presuntos daños de la vacuna.
Un estudio posterior, llevado a cabo con 95.000 niños en 2015, concluyó que no existía tal relación entre el autismo y la vacuna. Pese a ello, el movimiento “antivacunas” ha perdurado hasta la actualidad.
Y es que, con tanta información falsa y alarmante al respecto, el doctor Vañó explica que “los padres que no tienen verdadero conocimiento de la utilidad de las vacunas es lógico que tengan dudas”.
“EL PARACETAMOL CONTIENE UN PELIGROSO VIRUS”.
Este bulo se originó el pasado año 2017, y empezó a circular como una cadena por WhatsApp y otras redes sociales y servicios de mensajería. El mensaje advertía de los peligros del Paracetamol “P-500” o “Paracetamol Aeknil” describiéndolo como “un Paracetamol nuevo, muy blanco y brillante” que, según la información falsa, estaba infectado con el virus “Machupo”.
La cadena no adjuntaba estudio alguno porque, tal y como dejan claro en “#SaludSinBulos”, no es real. Si bien el virus existe, y su verdadero nombre es “virus de la fiebre hemorrágica boliviana” (BHF), se contagia principalmente por fluidos y su huésped principal son algunos roedores de América del Sur. Pero, desde luego, no habita en el Paracetamol.
“LOS PLÁSTICOS SON CANCERÍGENOS”.
Otro de los camelos más extendidos es el que dice: los recipientes de plástico utilizados habitualmente para transportar comida (conocidos como “tuppers” o “tápers”) son cancerígenos, y no se debe almacenar alimentos en ellos ni congelarlos o calentarlos en el microondas.
El coordinador de “#SaludSinBulos”, Carlos Mateos, director de la agencia de COM SALUD, afirmó en la emisora de radio española Cadena Ser que “es absolutamente falso, pero lo que ha ocurrido es que mucha gente se ha deshecho de todos los ‘tuppers’ de que tenía”.
Esta información fue tomada como veraz al citar como fuente la Escuela de Medicina Johns Hopkins (Baltimore, Maryland, EEUU), desde donde desmintieron el bulo.
¿Cuál es la realidad? Sencillamente, hay plásticos aptos para transportar comida o que pueden introducirse en microondas y lavavajillas sin problemas, y otros que no, porque podrían deteriorarse. Por ello, es importante conocer los símbolos de cada uno de ellos, que vienen marcados obligatoriamente, para asegurarse.
Asimismo, también se ha extendido la noticia de que reutilizar las botellas de agua de este material, que compramos en la mayoría de tiendas y supermercados, también puede causar cáncer. De nuevo, es falso, aunque cobró popularidad al basarse en informaciones veraces descontextualizadas.
En este caso, el material BPA o Bisfenos A puede ser tóxico, y algunos recipientes de plástico lo contienen, por lo que la gente creyó que el agua de las botellas podría liberarlo. Sin embargo, no todas las botellas de plástico contienen este componente. De hecho, las de plástico flexible, reciclables e identificables por su signo triangular, no lo poseen.
Aún así, organismos como la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria o la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, concluyeron que la cantidad de BPA que se libera de este tipo de recipientes es ínfima y no supone ningún peligro.
Otro riesgo real que contribuyó a extender esta patraña es microbiológico: un estudio de 2002 publicado en la revista especializada “Canadian Journal of Public Health” encontró niveles bacterianos elevados en dos tercios de 76 botellas analizadas, aunque algunas habían sido utilizadas durante meses sin ser lavadas.
“LOS ANTIGRIPALES PROVOCAN HEMORRAGIAS CEREBRALES”.
Según explican en “#SaludSinBulos”, esta noticia falsa lleva extendiéndose por internet desde hace tiempo: los antigripales pueden causar hemorragia cerebral al contener Fenilpropalamina.
Esta creencia se extendió, entre otros, a través de una cadena de WhatsApp en la que citaban a una supuesta eminencia farmacéutica como fuente. Aunque el verdadero origen podría estar en una nota informativa del Ministerio de Salud de Brasil, donde sí hubo que retirar esos medicamentos en el año 2000.
Autoridades de distintos países, como Uruguay o España, tuvieron que desmentir oficialmente la información, porque la lista de medicamentos supuestamente peligrosos incluía a los más utilizados por la sociedad.
“Oír un determinado bulo muchas veces al final hace que cale y que la persona lo pueda dar por cierto” advirtió Sergio Vañó. Algo con lo que concordó Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, quien recalcó a Efe que “Doctor Google está haciendo mucho daño”.
Para Carlos Mateos estos bulos “son tonterías, pero como mucha gente no sabe si son ciertos o no, por si acaso, lo hacen o lo dejan de hacer”.
Así que ya saben: a la hora de informarse sobre salud, la cautela es la clave.