Rodrigo Díaz M.
La alcaldesa de Mississauga, Bonnie Crombie, está presionando para que Mississauga pase a la zona roja del marco de respuesta al coronavirus de la provincia, lo que permitiría una mayor relajación de las restricciones.
En una rueda de prensa, Crombie dijo que el número de casos en la ciudad ha mejorado desde la semana pasada.
“Creo que es el momento adecuado para que Mississauga pase a la zona roja, con o sin el resto de la región de Peel para que más de nuestros negocios puedan reabrir”, dijo. “Los propietarios de nuestros pequeños negocios están viendo cómo los residentes de Mississauga, sus clientes, se van a ciudades vecinas como Oakville para comprar y cenar fuera, cuando nuestros números aquí justifican que estemos también en la zona roja”.
Crombie había presionado previamente para que Mississauga fuese trasladada a la zona roja una vez que la región de Peel se reincorporara al marco de respuesta COVID-19 de la provincia y se levantara la orden de permanencia.
Sin embargo, el responsable médico de la región, el Dr. Lawrence Loh, recomendó el 3 de marzo que Peel entrara en zona gris durante al menos dos semanas, que es lo que decidió la provincia.
Eso significaba que los comercios no esenciales podían volver a abrir al 25% de su capacidad, pero se mantenían muchas restricciones, como la prohibición de los servicios de atención personal y de comer dentro de restaurantes y bares.
Crombie dijo entonces que confiaba en Loh y que estaba decepcionada por la evolución de los casos, que había empeorado ligeramente hasta el momento de su recomendación pero que tenía la esperanza de que las cifras mejoraran y que Mississauga pudiera flexibilizar aún más las restricciones en breve.
Y Crombie fue categórica al afirmar que Mississauga ya había llegado a ese punto.
El paso a la zona roja permitiría que más personas puedan ingresar a los comercios, la apertura de algunos servicios de atención personal, así como algunas restaurantes y bares podrían permitir, bajo un límite, comer en sus locales.
Todas las zonas del GTA, salvo Toronto y la región de Peel, se encuentran actualmente en la zona roja.
Crombie dijo que la región de Peel ha visto disminuir los casos en general y que Mississauga, específicamente, ha visto caer la tasa de casos semanales a 63 por cada 100 mil desde los 74 por cada 100 mil de la semana pasada, y añadió que el factor de reproducción está ahora por debajo de uno.
La alcaldesa de Mississauga dijo que, incluso si otras partes de Peel no están preparadas para aflojar más las restricciones, Mississauga debería poder hacerlo.
“Ya no podemos permitirnos el lujo de quedarnos retenidos sólo porque las cifras de casos en otras ciudades de nuestra región no estén todavía lo suficientemente bajas”, dijo Crombie.
“Sí, somos una unidad de salud pública, pero Mississauga es su propia ciudad y su propio gobierno municipal con sus propios residentes y sus propias empresas. Necesitamos un enfoque específico”.
La región de Peel tiene una tasa de incidencia semanal de 88 casos por cada 100 mil, por debajo de los 95 de la semana pasada, explicó Crombie.
A lo largo de la pandemia, la provincia ha aplicado, en su mayor parte, restricciones a las unidades de salud pública en su conjunto. (Windsor-Essex se dividió brevemente el verano pasado).
Crombie declaró que uno de los principales argumentos para hacer eso en Peel es que hay demasiado movimiento entre Mississauga, Brampton y Caledon.
“Pero la realidad es que hay movimiento entre Mississauga, Oakville, Burlington y Milton. Entre Brampton y Vaughan. Entre Toronto y Markham”, dijo Crombie.