Rodrigo Díaz M.
Desde el gobierno de Doug Ford han reconocido que el coste de la construcción de su emblemática Ontario Line aumentará como consecuencia de la inflación post pandémica y de problemas en la cadena de suministro, lo que suscita cada vez más peticiones de transparencia.
La Ontario Line, una línea de 15,6 kilómetros y 15 paradas que conectará el Centro de Ciencias de Ontario con Ontario Place, iba a inaugurarse en el 2027, según el calendario inicial de la provincia, con un presupuesto estimado de 10.9 billones de dólares para el tendido de nuevas vías, la construcción de nuevas estaciones, la adquisición de nuevos trenes y la construcción de un nuevo patio de almacenamiento.
Sin embargo, los costes empezaron a aumentar cuando la provincia empezó a adjudicar contratos el pasado noviembre, elevando el precio a casi 20 billones de dólares para construir y mantener el sistema de transporte durante un periodo de 30 años.
Mientras tanto, la provincia empezó a redactar los documentos preparados por la agencia provincial de transporte Metrolinx, que exponían la evolución de los costes de la línea de transporte, alegando el deseo de evitar un debate público sobre el creciente gasto y la falta de transparencia.
El premier de Ontario defendió a su gobierno, argumentando que la provincia ha visto “aumentar los costes” en todos los proyectos de infraestructuras a gran escala.
“No ocultamos nada”, dijo Ford. “Hemos visto aumentar los costes en toda la pandemia. Lo vemos en todos nuestros proyectos”.
El reciente presupuesto de Ontario expuso las consecuencias financieras del aumento de la inflación, que puso por las nubes las estimaciones de los costes de construcción provinciales.
El plan de capital a 10 años de la provincia, para construir autopistas, hospitales y metros, se cifró inicialmente en 158.8 billones de dólares en el 2022. Esa cifra aumentó hasta los hasta 184.4 billones en el presupuesto de Ontario para el 2023-24, con un aumento de los proyectos de transporte de 8.9 billones en un solo año.