Kelly Arévalo
Toronto, Canadá
Llámese trabajo, amigos, familia o pareja, la confianza juega un papel fundamental en todo tipo de relación interpersonal.
De acuerdo con sus raíces etimológicas, del latín con-fidere, confianza significa creer o tener fe en el otro estableciendo una conexión. Esta definición tan amplia hace que cuando hablemos de confianza la entendamos de diferentes maneras, por ejemplo, creer que una persona se comporte de cierta manera, la sensación de seguridad hacia alguien, o que puedes dar o recibir apoyo, que no serás lastimado, o que puedes encontrar respeto y refugio.
La confianza genera certeza, empatía y cercanía, se manifiesta con variados niveles de intensidad, y se acompaña siempre de emociones, que pueden generar en ocasiones falsas expectativas, y repetidas dudas. A pesar de esto último, todos sabemos que la confianza es un valioso elemento social en las relaciones interpersonales, que se forja desde los primeros años de vida, en el hogar, la familia, la escuela, la comunidad, y es clave para el desarrollo integral de la persona.
De acuerdo a investigaciones y estudios, la confianza que las niñas y niños adquieren durante la primera infancia es clave para que puedan enfrentar los retos y desafíos, así como los éxitos y los fracasos de la vida, les ayuda a desenvolverse dentro de su entorno social. Es en estos primeros años cuando también se desarrolla y se aprende a confiar en uno mismo, a estar seguro de las aptitudes personales, y de poder adquirir y perfeccionar habilidades. El tener seguridad y confianza en uno mismo desarrolla también la autoestima, así como el bienestar psicológico y emocional.
En resumen, cuando hablamos de confianza, hablamos de un elemento esencial de supervivencia. La confianza se construye, se alimenta y fortalece del ejemplo, afecto y respeto de los demás, y para tener una relación interpersonal saludable necesitamos que exista la confianza.
La pregunta que tenemos que hacernos entonces es ¿Cómo construir o cuidar la confianza con amistades, familia, o con la pareja?
La palabra confianza, recordando sus raíces etimológicas, implica establecer una conexión, un vínculo, es decir es un proceso de doble vía, que requiere de un esfuerzo mutuo, dar y recibir confianza, generar confianza mutua, y es por ello que desarrollamos diferentes niveles y tipos de confianza.
Para cuidar y construir mejores niveles de confianza en las relaciones interpersonales, la literatura especializada sobre este tema recomienda:
Mostrar interés genuino y empatía, en la pareja o con amistades, practicar el viejo consejo que recomienda “ponerse en los zapatos del otro” para tratar de entender los problemas y necesidades. Desarrollar un interés sincero en conocer los gustos, las aficiones o pasatiempos de la otra persona.
Construir la confianza gradualmente, es una tarea constante, que lleva su propio ritmo de crecimiento, no correr sino dar pasos pequeños, avanzar dialogando con transparencia y sinceridad.
Cumplir las promesas, no hacer promesas que no puedas cumplir, hablar con aprecio, respeto y honestidad. Pensar bien antes de comprometerse con algo, esto implica también saber decir no.
Valorar las relaciones que ya tienes, cuidar aquellas amistades con las que has estado “en las buenas y en las malas”, mostrar agradecimiento.
Saber resolver y no ocultar los conflictos, entre más luego se resuelvan mejor.
No esconder los sentimientos, los niveles de confianza crecen cuando se aprende de las emociones, se reconocen los sentimientos, y se expresa respeto, afecto y cuido hacia la otra persona.
Aclara las dudas y malos entendidos, hablar de frente, no a espaldas, evitar a toda costa el rumor, dialogar para construir mayor confianza.
Admite los errores, errar es de humanos, reconocerlos y rectificarlos también lo es. Hay que aprender de ellos para evitar que se repitan. Así se construye también confianza. En muchas ocasiones los errores se producen por no saber, hay que saber perdonar.
Evitar las mentiras, incluyendo las pequeñas, no hacerlo es el camino a la desconfianza.
Dar el ejemplo y brindar apoyo, es la mejor receta para cuidar y hacer crecer la confianza.
Estas son solo algunas recomendaciones y acciones positivas de las muchísimas que puedes encontrar, y es que no es de menos, la confianza es un ingrediente clave para desarrollar buenas relaciones interpersonales, pero es un ingrediente fácil de extraviarse o arruinarse. La dura realidad es que la confianza se puede evaporar en un instante, una situación mal manejada, un mal entendido, y se acaba. Ante esta fragilidad la interrogante es ¿Se puede recuperar o reconstruir la confianza perdida? ¿Tú qué opinas?
¿Has pasado alguna vez la dolorosa experiencia que alguien te mienta?, ¿Te has sentido traicionado, lastimado? Aunque parezca imposible recuperar una confianza que se rompe, existen muchos casos, hay suficiente literatura, consejerías y experiencias clínicas que muestran que es posible sanar, y replantear una relación de confianza perdida. Seguro que no es una tarea fácil, y la falta o pérdida de confianza puede ocurrir no solamente entre parejas, sino también entre amistades, y en la familia misma. Es por ello que mi reflexión en esta oportunidad es, cuidemos y valoremos nuestras amistades, nuestras relaciones en familia y en la comunidad, forjemos relaciones solidarias y de afecto en los centros de trabajo o de estudio, practiquemos y forjemos la confianza, todos la necesitamos para un desarrollo integral, con bienestar emocional y relaciones interpersonales saludables.
*Kelly Arévalo, Abogada en El Salvador, con maestría en Derecho Internacional de Empresas y Máster Ejecutivo en Big Data. Ex Cónsul General de El Salvador en Toronto. Fundadora de www.revistasersv.com