Por Alexander Terrazas (*)
Pisando las hojarascas frizadas de la nieve otoñal, miles de personas asistieron al colorido evento de Santa Claus Parade, que adelantó la llegada del espíritu navideño a la ciudad. El desfile de ‘Papá Noel’, como se le conoce en algunos países latinoamericanos, cumplió 115 años de tradición y por lo general se celebra el tercer domingo de noviembre en el downtown de Toronto.

El sol radiante y la agradable temperatura del domingo 17 de noviembre, fueron los compañeros ideales para que niños, jóvenes y adultos puedan disfrutar en familia el espectacular desfile navideño. Más de 30 carrozas, bandas de música, grupos de ballet, bailarines, payasos, malabaristas y mascotas desfilaron por la nueva ruta diseñada para este año; desde Bloor Street East y Parliament Street, Queen’s Park Crescent East, a lo largo de University Avenue hasta Wellington Street West, luego hacia Yonge Street y Front Street East, terminando en Front y Jarvis Street.

El Toronto Santa Claus Parade, conocida originalmente en inglés como The Original Santa Claus Parade, fue celebrada por primera vez en 1905, y es una de las producciones de desfile más grandes de América del Norte y una de las paradas de Papá Noel más antigua del mundo. “Este es el desfile más esperado del año por los niños en esta época de Navidad”, dijo Nick, uno de los encargados de coordinar la seguridad del evento. Al igual que Nick, más de 3.000 personas voluntarios, entre organizadores, policías, bomberos, paramédicos y otros trabajaron este año.

El momento más esperado por los niños fue el paso de Papá Noel. ‘Santa’, como le gritaban los pequeños, se abrió paso por medio de la multitud montado en su carroza jalada por los renos. De barbas blancas y largas, con la barriga un poco abultada y con su típica carcajada, ¡Jo!, Jo!, Jo!, Jo!, Jo!, arribó al desfile. Estaba vestido de su típico gorro y de su abrigo color rojo y blanco, levantaba la mano derecha al público y exclamaba: ¡Feliz Navidad!, en medio de aplausos de chicos y grandes, que bordeaban las calles y avenidas de la ciudad para verle.

“Haga frío o haya nieve, cada año vengo al desfile con mi esposo y mis dos hijos pequeños”, comentó Martha, una mujer de origen peruano, mientras tomaba un café Tim Hortons. Similares testimonios de personas de diferentes nacionalidades celebraron la llegada de Santa Claus que, sin duda alguna, llegó con la alegría de la navidad que ya se vive y siente en toda la ciudad.














