Susana Donan
Con múltiples observadores de instituciones como BMO y RBC reconociendo la posibilidad muy clara de que el sector inmobiliario canadiense haya decaído notablemente mes pasado y a principios de este año, parece que lo pero ya pasó y no hay manera que la situación se agrave antes de mejorar.
Las últimas cifras de la Asociación Canadiense de Bienes Raíces (CREA) mostraron que las ventas de viviendas crecieron un 11,3% en abril, mientras que el precio promedio real de la vivienda aumentó en 103.500 dólares desde principios de año hasta alcanzar los 716 mil dólares el mes pasado.
Hemos visto un fondo en términos de donde estamos viendo los precios de la vivienda para el futuro próximo, suponiendo que la inflación no cambie o no haya ninguna otra crisis geopolítica.
Esto nos deja con un mercado inmobiliario que pinta agradable y estable para el resto del 2023. No se verá la locura que vio en el último par de años; sólo se verá un mercado inmobiliario tradicional donde los aumentos naturales sobre una base interanual están en el 1% o el 2%.
Al mismo tiempo, no hay que subestimar el impacto del gasto en venganza entre los canadienses. Seguirá existiendo una demanda reprimida en la que la gente seguirá queriendo realizar transacciones, y seguirá habiendo necesidad de vivienda y oportunidades de inversión.
Los compradores potenciales que antes quedaban al margen por problemas de asequibilidad representan una oportunidad de oro para empresas de capital e inversiones.
La clientela de estas compañías de fondos de capital ha sido el típico canadiense desatendido que busca refinanciar o comprar una vivienda, y estas compañías ahí para satisfacer su necesidad.
Estas compañías entienden que para muchos clientes depender de estas compañías funciona como una cura o solución a corto plazo; están con esta empresa uno o dos años, y al final se van.
La decisión del Banco de Canadá de subir su tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos la semana pasada pareció disipar la perspectiva de una bajada de intereses a finales de año, y con la gran cantidad de hipotecas que se renovarán en los próximos dos años, ¿podría la perspectiva de unas tasas de interés persistentemente altas suponer un problema para la estabilidad del mercado? Esto solo se podrá saber dentro de algunos meses.