Rodrigo Díaz M.
Según la Asociación Canadiense de Salud Mental (CAMH), los trastornos de ansiedad afectan a menos del 5% de la población canadiense, mientras que el estrés es mucho más común, según los resultados de una encuesta de Ipsos.
Pero las diferencias no acaban aquí.
Entienda que el estrés y la ansiedad (y en menor medida, la preocupación) son caras diferentes de una misma moneda. Aunque están relacionados y ambos afectan al sistema nervioso, también son enfermedades distintas con enfoques de tratamiento diferentes.
La CAMH describe el estrés como una respuesta fisiológica natural (y a menudo útil) a una amenaza externa. El estrés es lo que indica a nuestro cuerpo que se concentre y entre en modo de supervivencia, huida o congelación para ayudarnos a alejarnos de la amenaza y ponernos a salvo.
La ansiedad, en cambio, es lo que ocurre cuando nuestro cuerpo responde a un estímulo no identificado e incluye un fuerte elemento cognitivo (nuestra mente). Al igual que el estrés, la ansiedad es una respuesta a una amenaza, sólo que esa amenaza no es fácil de identificar; no hay nada específico ni fácil de culpar.
Es importante tener en cuenta que hay una diferencia entre sentir ansiedad y tener ansiedad clínica. Sentirse ansioso puede ser algo cotidiano para muchos de nosotros (por ejemplo, cuando sabemos que tenemos que hablar en público), mientras que la ansiedad clínica es mucho más grave y debilitante, y requiere tratamiento clínico.
Aunque los síntomas del estrés y la ansiedad pueden ser similares, sus causas fundamentales son diferentes. El estrés está provocado principalmente por un desencadenante o una situación externa (como la pérdida de un trabajo o una discusión con su pareja).
El estrés no siempre es temporal. El estrés a corto plazo se conoce como estrés agudo, y algunos tipos de estrés pueden ser a largo plazo; la pobreza, un problema de salud continuo o la discriminación sistémica son ejemplos de estrés crónico.
La ansiedad tiene un componente fisiológico, pero a menudo se desencadena en nuestra mente por una preocupación excesiva y persistente que no desaparece, y puede ocurrir incluso sin un desencadenante externo.
Puede ser el resultado de un acontecimiento traumático anterior, y algunos de estos pensamientos pueden centrarse en revivir persistentemente el acontecimiento traumático en nuestra mente, a pesar de nuestros mejores esfuerzos. También puede centrarse en sucesos que aún no han ocurrido, pero que estamos seguros de que van a ocurrir (aunque no haya ningún indicio objetivo que lo sugiera).
Para el estrés agudo, puede probar a hacer ejercicio, que ayuda a su cuerpo a recuperarse. También dé prioridad al sueño y trate de redirigir sus pensamientos hacia los aspectos de tu vida que puede controlar en lugar de pensar de más en lo que no puede controlar. Si quiere más ideas, pruebe estas 10 técnicas para combatir el estrés.
El tratamiento de la ansiedad es un poco más complicado, ya que las personas pueden experimentarla de forma diferente.
Según el CAMH, existe una amplia gama de trastornos de ansiedad, incluyendo diferentes tipos de fobia y un trastorno de ansiedad generalizada.
Un profesional de la salud mental puede ayudarle a identificar lo que ocurre en su caso en particular y a encontrar la mejor manera de tratarlo, quizá con terapia cognitivo-conductual, terapia de exposición y otros enfoques.
En cuanto a las medidas que puede tomar para ayudar a ponerle en una mejor situación se encuentran limitas el café, el alcohol, el azúcar y otros estimulantes que se ha demostrado que afectan negativamente a la ansiedad.
El estrés tiene un desencadenante externo o una situación que es mucho más fácil de identificar, suele ser una condición temporal y es más fácil de tratar. La ansiedad también tiene síntomas fisiológicos, pero también tiene un fuerte componente mental, sin un desencadenante externo fácil de identificar. Es mucho más compleja de tratar y puede ser debilitante.
Tanto el estrés como la ansiedad son muy comunes en Canadá, pero mientras la mayoría de las personas experimentan estrés, son menos las que padecen ansiedad clínica.