Por Raúl A. Pinto
Teniendo en cuenta que el popularísimo juego multiplataforma “Minecraft” funciona basado básicamente en la creatividad libre de cada usuario, la recientemente estrenada “A Minecraft Movie” sigue casi a rajatabla las reglas de la típica aventura familiar de estudio. Dirigida por un director conocido por su originalidad, Jared Hess (el mismo de “Napoleon Dynamite”, “Nacho Libre”, “Gentlemen Broncos” y el poco conocido pero excelente corto “Ninety-Five Senses”), está detrás de la adaptación del exitoso videojuego desarrollado por Mojang, que no busca traducir este mundo de cubos y colores, pero sí usarlo como telón de fondo para contar una historia de portales mágicos, reinos enfrentados entre sí y lazos familiares en tiempos de crisis.

Hess se reúne con quien hiciera oro puro hace casi 20 años con “Nacho Libre”, Jack Black, quien interpreta a Steve, un ex vendedor de picaportes de puertas que, a-la-Jumanji, ha pasado años atrapado en el “Overworld”. Black usa su conocida energía caótica con todo, canturreando cuando se le da la gana mientras huye y se enfrenta a criaturas raras a su antojo. Jason Momoa le sigue el juego a la perfección, como Garrett “El Basurero” Garrison, un dueño de tienda de videojuegos que logra encontrar el portal para entrar al mundo donde Steve vive. Con la llegada de los hermanos Natalie y Henry, además de una corredora de propiedades, Dawn, los cuatro entran a esta dimensión, y se dedican a huir de la malvada Malgosha, reina y cerda de origen y enemiga de todo lo que implique ser creativo. Con una serie de correrías, explosiones por doquier y conflictos predecibles, el grupo va de camino a descubrir la importancia de luchar juntos.

“A Minecraft Movie”, que en su primer fin de semana logró recaudar más de trescientos millones de dólares en todo el mundo, no trae nada nuevo, pero nunca miremos en menos lo que hace Jared Hess: sus cintas, esta incluida, ofrecen una experiencia visualmente rica, mejorada con excelentes efectos visuales, dando vida a un mundo pixelado que, aunque en su historia no tenga mucho que ver con Minecraft, nunca olvidamos que todo surge del universo que ha fascinado a niños de todas las edades desde el 2009. Disponible en salas.

James Hawes ha dirigido incontables series y películas para televisión, muchas de ellas muy buenas: episodios de “Doctor Who”, “Black Mirror”, “Penny Dreadful” y “Snowpiercer”, entre otras, pero su incursión en la excelente “Slow Horses” le ha valido la oportunidad de poder dirigir para cine. Luego de la interesante “One Life”, que llamó la atención en TIFF 2023, ahora llega como una película de espionaje y entretención. Y “The Amateur”, tal como el protagonista de su historia. se presenta como un jugador inesperado: torpe, dolido, algo desalineado, pero muy determinado.

Hawes hace un trabajo preciso en esta adaptación moderna de la novela de 1981 de Robert Littell dejando de lado el glamour de los agentes secretos para centrarse en Charlie Heller, interpretado por Rami Malek, quien convierte su dolor en una insólita misión de venganza.

Todo parte con Sarah (la gran Rachel Brosnahan, con pocas apariciones, pero siempre actuando muy bien), preparándose para un viaje de trabajo en Europa, sin saber que está caminando directo hacia su destino final. Tras ser tomada rehén por un grupo terrorista, es también asesinada. Una vez que Charlie se entera de la horrible tragedia, y del poco interés de la CIA por hacer algo, usa sus conocimientos como analista para investigar el ataque, presentar la evidencia a la agencia y, luego, chantajearlos para lograr vengarse personalmente de los asesinos de su esposa. Como el cine necesita ser cine, Charlie, sin preparación previa, recibe un brevísimo entrenamiento, que termina abruptamente cuando, sorpresa, ve su propia vida amenazada de muerte. Se acabó el curso gratuito, y llego la hora de salir a vengarse, sin saber mucho más sobre la vida. Y esto no es a la ligera, pues Charlie necesita tutoriales de YouTube y mucha suerte para lograr su cometido.

“The Amateur” dista mucho de ser original, pero Haws y Malek saben esto, enfocándose en el tono de la historia. Conociendo los clichés del género, director y actor se permiten dar toques bizarros, ser introspectivos, y nunca olvidarse que Charlie es un hombre fuera de su hábitat, improvisando mientras el dolor es su único mapa.

Con un elenco secundario espectacular, encabezado por Laurence Fishburne, con Jon Bernthal, Caitríona Balfe, y Michael Stuhlbarg, y locaciones de lujo en Londres, París, Estambul, esta es una cinta hecha para entretener, con un sazón raro, pero efectivo. Disponible en salas.
