Por Raúl A. Pinto
Paul Thomas Anderson vuelve al cine después de la ingeniosa “Licorice Pizza”, con una propuesta tan ambiciosa y caótica como en sus cintas anteriores. Solo que peor. O mejor. Creo. “One Battle After Another”, es una comedia negra épica y a la vez un thriller político cargado de deliciosa ironía.nspirada libremente en el libro “Vineland” de Thomas Pynchon (autor de “Inherent Vice”, también adaptada por PTA), la cinta combina sátira, violencia y drama familiar en una historia que abarca décadas de traiciones, luchas revolucionarias y persecuciones militares. La historia sigue a Pat Calhoun, alias “Ghetto Pat” (Leonardo DiCaprio, maduramente inmaduro), un ex revolucionario que sobrevive como puede, con una fuerte adicción a las drogas y una paranoia extrema, en la ciudad santuario de Baktan Cross, mientras protege a su hija adolescente Willa (la genial Chase Infiniti). La amenaza principal más cercana a ellos es el coronel Steven Lockjaw (Sean Penn, recordándonos que maneja comedias y dramas al mismo tiempo de forma magistral), un militar racista y corrupto que representa al poder autoritario tan en boga hoy en EEUU, y que tiene un pasado secreto ligado a la madre de Willa, Perfidia (Teyana Taylor), quien se encuentra prófuga.
La película avanza como torbellino en patines: atentados, huidas, infiltraciones y conspiraciones se suceden sin pausa, hasta desembocar en una sucesión de clímaxes en las diferentes “batallas” que nombran el título. Aunque Anderson construye secuencias de acción desbordantes y momentos de humor muy retorcido, lo más interesante de la cinta está en su respeto al núcleo íntimo, la relación entre padre e hija y entre la comunidad.

El guion explora cómo el amor familiar se mantiene vivo aun en medio de la violencia política, la corrupción sistémica y el estrés del abandono materno. DiCaprio se atreve con todo, al más puro estilo de su célebre rol en “El Lobo de Wall Street”, pero con un registro mucho más bobo, pero también maduro, ofreciendo un Pat tragicómico, vulnerable y entrañable. Chase Infiniti sorprende en su debut cinematográfico, imprimiendo energía y credibilidad a Willa, el motor emocional de toda la trama.
Y no olvidemos al genial Benicio Del Toro, como Sergio St. Carlos, el instructor de karate que en sus ratos libres tiene una red de protección a indocumentados, ni a Regina Hall, aportando calidez y dignidad, recordando que el cine de Anderson siempre se articula alrededor de familias, sin importar que tan poco convencionales sean.

Hay que decir que, como todo el cine de PTA, el film no es para todos. Tiene casi tres horas de duración, su ritmo vertiginoso pausa y retoma muchas veces hasta que agota un poco (sólo un poco) y su separación de la narrativa en diferentes viñetas le resta algo de cohesión emocional. Pero esos son meros detalles de un crítico de cine que necesita decir algo más, pues el hecho es que “One Battle After Another” es un triunfo arriesgado y valiente, que mira a todos sus personajes, especialmente a los jóvenes de hoy, con beneplácito y respeto, sabiendo que cada uno tiene sus propias batallas y diferentes maneras de usar las herramientas que la vida nos da para enfrentarlas.
Esta no es “Magnolia” ni “Punch Drunk Love”, pero entre sátira incendiaria y melodrama familiar, el director firma una de sus obras más radicales, porque se basan en el amor verdadero, a uno mismo y a la comunidad. Disponible en salas y VOD.

“El beso de la mujer araña” (2025), dirigido y escrito por Bill Condon, es una adaptación cinematográfica del musical de 1992 que a su vez se basa en la novela de 1976 de Manuel Puig. Esta es la segunda versión fílmica de la novela, después de la película de 1985 dirigida por Héctor Babenco. Bill Condon, conocido por sus trabajos en musicales como “Dreamgirls” y “Chicago”, se encarga aquí de trasladar a la pantalla esta historia ambientada en la Argentina de la dictadura militar, protagonizada por Diego Luna, Tonatiuh y Jennifer Lopez, quien además es productora ejecutiva.
La trama narra la convivencia en una prisión argentina durante la Guerra Sucia entre Luis Molina, un hombre gay encarcelado por su orientación sexual, y Valentín Arregui, un preso político. Molina escapa de la realidad contando la historia de su película musical favorita, protagonizada por la glamorosa Ingrid Luna (Jennifer Lopez). A medida que se desarrollan las condiciones brutales de su encierro, se forja una relación profunda entre ambos, que entre el dolor y la esperanza, culmina en un lazo inesperado.
La fotografía y el diseño de producción juegan un papel crucial, contrastando la grisura de la cárcel con la vibrante vida de los números musicales, recreados con un acabado que evoca el Technicolor de los clásicos de Hollywood.

En cuanto a las actuaciones, Tonatiuh destaca con su interpretación cálida y llena de matices como Molina, que equilibra alegría y vulnerabilidad, mientras Diego Luna ofrece un papel más contenido pero igualmente poderoso como Valentín. Jennifer Lopez aporta todo su carisma y presencia en su papel doble como Ingrid Luna y la temible Mujer Araña, brillando en las escenas musicales con vestidos elaborados y coreografías que remiten a la época dorada de los musicales. La inmortal música de John Kander y Fred Ebb siempre cae bien y emociona, acompañando bien la dualidad del relato y refleja la tensión entre presente opresivo y fantasía necesaria.
Esta versión de “El beso de la mujer araña” es una obra visualmente deslumbrante y emocionalmente compleja que mezcla drama y musical para explorar temas de amor, opresión y escapismo. Se separa de la cinta de Héctor Babenco de los 80s’s con la dirección de Condon quien logra crear dos mundos que se complementan aunque no siempre se integran perfectamente, apoyada en un elenco latino que entrega actuaciones honestas y comprometidas. Es una película que, pese a sus altibajos, deja una marca importante como testimonio sobre la resistencia y el poder transformador del arte en tiempos difíciles. Disponible en VOD.















