El próximo dos de octubre los colombianos tienen una cita muy importante con su destino: decidir entre la guerra y la paz, entre avanzar hacia el futuro o quedarse estancados en el pasado, decir “Si” a la implementación de los acuerdos de paz consensuados entre el gobierno colombiana y las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o decir “No” a dicho acuerdo y adentrarse en lo inesperado. Y los colombianos que viven en Toronto van a poder votar en ese referéndum.
Por Oscar Vigil
TORONTO. El problema es que la sociedad colombiana está dividida sobre este tema, tanto en el país suramericano como aquí en Canadá y alrededor del mundo. Para conocer un poco más sobre este histórico proceso entrevistamos a Paola Gomez, colombiana radicada en Toronto, abogada, escritora, defensora de los derechos humanos, quien recientemente fue declarada ganadora del premio Constance E. Hamilton en el Estatus de las Mujeres, el cual es otorgado por la Ciudad de Toronto a través de su programa de Derechos Humanos, Accesibilidad y Equidad.
Para comenzar, hay que decir que estos acuerdos de paz alcanzados en La Habana, Cuba, no entrarán en ejecución sino hasta que los colombianos los aprueben a través de un plebiscito, el cual se va a llevar a cabo el próximo 2 de octubre. En este, la pregunta única es si la población colombiana apoya los acuerdos que se han tomado para detener el conflicto, o no. La respuesta es simple: si o no.
PREGUNTA: ¿Cuál es tu opinión sobre los acuerdos de paz?
PAOLA GOMEZ: El acuerdo de paz, por su propia intención, es bastante positivo para el país. Llevamos 52 años de guerra, de conflicto por muchos actores, pero uno de los más fuertes ha sido las guerrillas de las FARC. Es positivo porque es el inicio para acabar con un conflicto tan antiguo que ha hecho que tantas familias se desintegren, que ha matado a tanta gente, que ha destrozado a tantos, que nos ha hecho cada vez más pobres y con menos posibilidades de disfrutar a Colombia.
P: Pero hay mucha gente que no está de acuerdo con esto…
PG: Porque venimos de vivir una historia donde el conflicto es la norma, donde la gente ha buscado formas de sobrevivencia a través de la violencia, donde la guerra es un negocio, donde los políticos son corruptos, donde tenemos que cuidarnos hasta de nuestra propia sombra. Si bien es cierto que las guerrillas han hecho mal, también lo han hecho todos los agentes de violencia que intervienen en el conflicto. La gente se está oponiendo porque como ciudadanos tienen su derecho a presentar su posición, pero muchos se oponen por temor, por no entender que un proceso de paz requiere reconciliación y perdón. También tienen temor de que esas guerrillas que han hecho tanto mal, porque sólo concomemos una versión que es la del estado, se tomen el país.
P: ¿Es un problema de desconocimiento el que existe?
PG: Sí. No hay un entendimiento sobre lo que es una mirada sobre la paz en referencia al futuro, no basada en lo que ha pasado. Porque nosotros no vamos a resolver lo que ha ocurrido en 52 años, no vamos a encontrar venganza, no vamos a encontrar que paguen como queremos que paguen, porque son una fuerza que ha usado sus medios y métodos talvez cuestionables para presentar su punto. La comunidad, las familias, la sociedad colombiana está dividida en relación al desconocimiento de esto, el cual es alimentado por algunos líderes políticos que promueven una cultura de odio y de venganza. Hemos vivido en medio de la guerra, no sabemos cómo es vivir en paz.
P: ¿A qué se oponen del proceso de paz?
PG: La gente se opone a cosas como que las guerrillas tengan acceso a puestos políticos, a hacer política y que se conviertan en un partido político en Colombia. Porque en los acuerdos se les garantiza que en las próximas dos legislaturas van a tener unas curules con derecho a voz, pero no a voto. La gente le teme a eso porque desconocen que lo mejor que podemos hacer es que esas personas que tienen un liderazgo, con el cual puede ser que no estemos de acuerdo, puedan presentar su opinión y ganar esa batalla ideológica a través de las urnas y no de las armas.
P: ¿A qué más hay oposición?
PG: Otro de los puntos es los procesos de justicia, porque básicamente se habla de que quienes hayan cometido delitos no los van a pagar por el sistema regular penal y criminal de Colombia, sino que se crea un espacio diferente, tribunales diferentes donde estas personas van a ser juzgadas. Pero estos son los procesos de paz, son acuerdos donde comisiones de la verdad y de la justicia tratarán de proteger a las víctimas, de darles validación con otros mecanismos.
P: Al final, ¿los acuerdos de paz son buenos o no para Colombia?
PG: Si queremos acabar la guerra y que esos crímenes se acaben, necesitamos comenzar a mirar desde el ángulo de cómo cerrar este capítulo, y si para ello lo que se requiere es crear jurisdicciones especiales, pues ahí es donde podemos ir. Este proceso esta tratando de acabar con un flagelo grandísimo que nos ha tenido en un estado de jaque constante por más de 50 años.
PIE DE FOTO
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos y el líder de las FARC, Timoleón Jiménez, alias “Timochenko”, cuando dieron a conocer el arribo del acuerdo. Atrás, el presidente de Cuba, Raúl Castro.
CIFRA
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De octubre se llevará a cabo el plebiscito por la paz en Colombia
CITA
“No hay un entendimiento sobre lo que es una mirada sobre la paz en referencia al futuro”, dice Paola Gomez