Rodrigo Díaz M.
Los trabajadores del sector público de Quebec, que celebran hoy una huelga de un día por el retraso de las negociaciones contractuales con el gobierno provincial, afirman que, si no se llega a un nuevo acuerdo, se retirarán del trabajo otros tres días a finales de este mes.
Los trabajadores representados por cuatro sindicatos afirman que volverán a la huelga del 21 al 23 de noviembre.
Cuatro sindicatos que representan a un “frente común” de unos 420 mil trabajadores protestan contra la última oferta de convenio de la provincia.
Los sindicatos prometen una lucha histórica para preservar su poder adquisitivo en una época de elevada inflación.
La última oferta del gobierno incluye un aumento salarial del 10,3% en cinco años y un pago único de mil dólares a cada trabajador, una propuesta que los sindicatos han calificado de “mísera”.
La presidenta del Consejo del Tesoro, Sonia LeBel, escribió hoy en X que, si los sindicatos no están satisfechos con la oferta, deben presentar una contraoferta constructiva.
“Una negociación no puede ser unidireccional”, escribió LeBel.
Algunos servicios sanitarios y sociales, como los de salud mental, protección de menores e imágenes médicas, funcionan entre el 70% y el 85% de su capacidad, según los departamentos, mientras que los servicios de urgencias y cuidados intensivos se mantendrán al 100%.
Se espera que otros sindicatos lleven a cabo huelgas en los próximos días, incluido un paro de dos días el miércoles y el jueves por parte del sindicato que representa a 80 mil enfermeras, auxiliares de enfermería, terapeutas respiratorios y otros profesionales sanitarios.
Un sindicato que representa a unos 65 mil profesores de Quebec también ha declarado que iniciará una huelga general ilimitada el 23 de noviembre si no se llega a un acuerdo.
Las negociaciones continúan desde principios de año, después de que el gobierno presentara su oferta en diciembre del 2022.
El gobierno ha dicho que, además de los aumentos salariales, su oferta incluye más dinero para los trabajadores y los turnos que considera prioritarios, como las enfermeras que trabajan por la noche y los fines de semana y los auxiliares de maestros en las escuelas primarias. Los trabajadores que ganan menos de 52 mil dólares al año también recibirían un aumento adicional del 1%.
Los sindicatos, por su parte, dicen que la propuesta del gobierno no cubre la inflación. Han contraatacado exigiendo un contrato de tres años con aumentos anuales vinculados a la tasa de inflación: dos puntos porcentuales por encima de la inflación en el primer año o 100 dólares semanales, lo que resulte más beneficioso, seguido de tres puntos más en el segundo año y cuatro puntos más en el tercero.