TORONTO. Hace poco salió a la luz, desde las mazmorras de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, una carta redactada por ocho valientes prisioneras (secuestradas) políticas de dicho régimen.
Por Carlos Bucio Borja*
Nicaragua es actualmente un régimen bonapartista: un Estado que bajo la máscara de una retórica de “paz”, “socialismo”, “democracia”, “libertad” y “progreso” ejerce la más brutal represión contra trabajadores, campesinos, estudiantes, amas de casa y ancianos.
Sin las manipulaciones pseudo jurídicas para perpetuar la dictadura orteguista-murillista, que es una continuación del somocismo, la constitución nicaragüense es una de las más avanzadas de América. Al mismo tiempo, mientras el régimen impulsa políticas neoliberales y ejerce la más brutal represión, los dictadores se desplazan, cual oligarcas advenedizos, vistiendo ropa de las “mejores marcas” y siniestro semblante “hippie”, en Mercedes Benz 4 x 4.
En medio de muchas vicisitudes, avanza un proceso de diálogo nacional entre el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo y la oposición representada en la Alianza Cívica, el cual busca resolver la crisis nicaragüense. Sin embargo, la dictadura pareciera querer “comprar tiempos y espacios” para que, al menos Daniel Ortega, pudiera participar como candidato presidencial del FSLN —y “ser elegido libremente”— por cuarta vez consecutiva desde su primer triunfo electoral en 2006.
El pasado sábado, en una clara violación a los acuerdos suscritos 24 horas antes, según los cuales el gobierno de Ortega y Murillo se comprometía a no reprimir protestas civiles, el régimen acosó y atacó con fuerzas policiales de contingencia e infiltrados paramilitares una protesta pacífica. En ésta, el militante del FSLN y ex integrante del ejército, German Félix Dávila Blanco, de 57 años, hirió de bala a 3 manifestantes hasta que el atacante fue neutralizado —y en la reyerta también herido— por un manifestante.
Dávila Blanco fue uno de los agentes del régimen que el año pasado solicitó el arresto Miguel Mora, director del canal de televisión 100 Noticias por “incitar a la violencia”.
Reproduzco a continuación la Carta de Prisioneras políticas del penal “La Esperanza” de manera íntegra y sin ninguna edición:
“La Esperanza. Miércoles 27 de febrero, 2019.
Las prisioneras políticas en resistencia, quienes fuimos secuestradas y encarceladas por la dictadura Ortega-Murillo, queremos emitir el siguiente comunicado esperando que llegue a todos los hogares nicaragüenses y más allá de las fronteras donde haya un compatriota o un corazón solidario:
Llevamos meses secuestradas ilegalmente, viviendo a diario la represión, constantes humillaciones, tratos crueles e inhumanos, y en lugar de sentirnos representadas nos sentimos simples piezas en el tablero donde juegan los que tienen el control político y económico, y no podemos entender cómo llegamos a esta situación en donde se instaura un diálogo cuando a pesar de haber más de 500 muertos, 700 apresados, más de mil heridos y miles de exiliados, el gobierno sigue sin mostrar voluntad de resolver el conflicto político, sigue reprimiendo y asesinando con paramilitares, apresando y torturando con la policía orteguista a la población, haciendo una farsa al cambiar las medidas cautelares de un grupo de presos políticos en lugar de libertad de todas y todos, y con la complacencia de la Alianza Cívica, tampoco ha mostrado transparencia ni antes ni durante el diálogo, excluyendo a sectores de importancia e impacto nacional como el movimiento campesino, las madres de los asesinados y prisioneros políticos, movimientos feministas, entre otros.
Por esto y esperando que sirva como protesta cívica de mayor alcance, las siguientes prisioneras políticas:
- Nelly Marilly Roque Ordóñez, 2. Amaya Coppens Zamora, 3. Yaritza Rostrán Mairena, 4. María Peralta Cerrato, 5. Jamileth Gutiérrez Moncada, 6. Solanghe Centeno Peña, 7. Johana Delgado, 8. Karla Matus Méndez, hemos decidido iniciar una huelga de hambre indefinida desde el día miércoles 27 de febrero del 2019, momento en el que se inició la negociación con el gobierno.
Nosotras no nos hemos rendido ni claudicamos. Hemos vivido la represión en nuestros territorios y sufrimos la muerte de nuestros hermanos de lucha por defender la justicia y la democracia; habiendo incluso sacrificado nuestra libertad porque se logre la de Nicaragua. Por eso queremos instar al pueblo a unirse en nuestra lucha contra la tiranía de la forma en que puedan.
Nosotras hemos decidido sacrificar también nuestra salud, intentando que esta protesta sea un eco de la necesidad imperante de recuperar nuestra soberanía, libertad, nuestros derechos y nuestra dignidad. No dejemos pasar más tiempo porque eso necesita el dictador. Debemos actuar codo a codo, marchando sin miedo. Este régimen aparenta más fuerza de la que tiene, pero puede fortalecerse mediante pactos o por la indiferencia ante sus crímenes.
Responsabilizamos al gobierno y al sistema penitenciario de mujeres por las negligencias que puedan ocurrir en materia de salud, y pedimos al pueblo de Nicaragua, a la comunidad internacional y al mundo que no haga oídos sordos ante nuestro clamor por justicia.
¡Patria libre para Vivir!, ¡La sangre derramada jamás será olvidada!
*Carlos Bucio Borja es un comentarista y difusor de origen salvadoreño radicado en Toronto