Según datos del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, uno de cada tres hombres diagnosticados con esta enfermedad, padece cáncer de próstata. Esta neoplasia es una de las más habituales en la población masculina de todo el mundo. No obstante, según describen los especialistas, suele avanzar más despacio que otros tumores.
No se conocen las causas exactas del cáncer de próstata. “Los médicos rara vez pueden explicar por qué un hombre padecerlo y otro no”, expresa el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Sin embargo, se ha demostrado que ciertas condiciones hacen que un varón sea más propenso a desarrollar la enfermedad.
En este sentido, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos describe distintos factores de riesgo como la edad, los antecedentes familiares, la raza, la dieta y ciertos cambios en la próstata.
La edad es el principal factor de riesgo de cáncer de próstata. Esta patología es rara entre los hombres menores de cuarenta y cinco años y las probabilidades de padecerla aumentan de manera considerable a medida que se envejece. El Instituto Nacional del Cáncer detalla que, en Estados Unidos, la mayoría de los hombres con cáncer de próstata supera los sesenta y cinco años.
CASI 700.000 CASOS AL AÑO.
Asimismo, esta entidad sostiene que el riesgo de un hombre es mayor si su padre o su hermano tuvieron la enfermedad. Respecto a la raza, apunta que el cáncer de próstata es más común en hombres afroamericanos que en hombres blancos. Por el contrario, es menos frecuente entre los asiáticos y entre los indígenas americanos.
La alimentación también influye. Algunos estudios sugieren que quienes consumen mucha carne y grasas animales pueden tener más riesgo de presentar cáncer de próstata, subrayado, además, por los especialistas del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos que indican como menor el riesgo en los hombres que siguen una dieta rica en frutas y verduras.
Por último, hay que tener en cuenta ciertos cambios en la próstata. “Los hombres que tienen células llamadas neoplasia intraepitelial prostática de alto grado (PIN, por sus siglas en inglés) pueden tener un riesgo más elevado de padecer cáncer de próstata”, explican.
Esta organización estima que en 2012 se han producido 241.740 nuevos casos de cáncer de próstata en Estados Unidos y han muerto 28.170 personas en el país debido a esta enfermedad.
La Asociación Española Contra el Cáncer subraya que el cáncer de próstata es el segundo más frecuente entre los hombres, con aproximadamente 680.000 nuevos casos al año en el mundo.
“Es un cáncer extraordinariamente prevalente en la población masculina, que aparece sobre todo en hombres de avanzada edad. De hecho, se cree que si se practicara una autopsia a todos los hombres mayores de ochenta años que fallecieran por cualquier causa, la mayoría de ellos tendría cáncer de próstata”, detalla Jesús García Mata, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Santa María Nai de Ourense y portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica.
El médico señala que hay muchos hombres que mueren a una edad avanzada por causas distintas al tumor sin que la próstata les llegue a molestar con síntomas derivados de su cáncer.
Es un tipo de tumor que suele avanzar despacio. “Aunque al hablar de cáncer hay que tener en cuenta que se trata de una patología cuya evolución es anárquica y casi siempre nos sorprende”, matiza el oncólogo.
En general, según indica el doctor García Mata, el cáncer de próstata tiene un ritmo de evolución más lento que otras neoplasias. “Hoy en día sabemos que hay determinados cánceres de próstata, sobre todo en hombres de edad avanzada, que no llegan a producir síntomas”, reitera. De hecho, una de las actuales corrientes de enfoque terapéutico sobre el cáncer de próstata aconseja “vigilar simplemente y no hacer nada”, ya que en muchas ocasiones el avance de la enfermedad es tan lento que “el paciente muere de otra cosa sin que el cáncer le cause molestias”, apunta.
No obstante, el de próstata es una de las causas más importantes de mortalidad por cáncer en los hombres. El especialista estima que, en general, ocupa el tercer lugar, por detrás del cáncer de pulmón y del cáncer colorrectal, aunque advierte que estos datos pueden variar de unos países a otros.
ALGUNOS TRATAMIENTOS.
“El cáncer de próstata es un cáncer de edad avanzada”, señala. El oncólogo recomienda empezar a hacerse controles y a vigilarlo a partir de los cincuenta años.
Los pacientes con este tumor presentan dos clases de síntomas. Por un lado, aparecen aquellos que derivan de la localización de la próstata. Dolor en la parte baja del abdomen, problemas a la hora de orinar o necesidad de orinar con más frecuencia de lo habitual son algunos de ellos. El doctor García Mata comenta que son muy parecidos a los que tienen los varones de edad más avanzada como consecuencia del aumento de tamaño de la próstata.
El otro gran grupo de síntomas viene provocado por la afectación de tejidos distantes de la próstata, generalmente, los huesos. “Muchas veces el primer síntoma es dolor en los huesos y al estudiar ese dolor, descubres una metástasis del cáncer de próstata. Esta es una manera muy frecuente de diagnosticarlo”, expone.
No obstante, el oncólogo señala que el cáncer de próstata está entre los tumores que mejor pronóstico tienen a medio plazo, a pesar de estar avanzado. “De hecho, muchos pacientes con metástasis ósea superviven durante ocho, diez o incluso más años”, matiza el experto.
Respecto al tratamiento, García Mata lo califica de “bastante eficaz”. El oncólogo explica que generalmente lo que se hace es inducir un descenso de los niveles de testosterona en sangre pues “esta hormona es, de alguna manera, la que alimenta a las células del cáncer de próstata”. Esta sería la primera maniobra.
Cuando no hay metástasis, el tratamiento es local y normalmente consiste en una intervención quirúrgica. Además de con cirugía tradicional, este tumor puede ser tratado con cirugía laparoscópica e incluso con cirugía mínima por endoscopia a través de la uretra.
No obstante, a veces, el método elegido es irradiar el tejido prostático. “Las dos opciones son válidas pues esto también destruye las células tumorales y se ha demostrado que la supervivencia es equivalente”, declara el facultativo.
Además, en caso de metástasis óseas, si hay algún hueso que esté especialmente dañado habría que aplicarle radioterapia y algunas veces incluso se requiere cirugía, detalla.
Los efectos secundarios del tratamiento suelen consistir en cansancio, algo de anemia y dolores debidos a la localización de las metástasis en los huesos. Sin embargo, “lo que más deteriora la calidad de vida del paciente no es el tratamiento sino el cáncer en crecimiento”, sostiene el doctor García Mata. El especialista asegura que “la calidad de vida siempre mejora con el tratamiento si consigues que mejore el cáncer”.
PURIFICACIÓN LEÓN.
EFE REPORTAJES.