Ante las crecientes tensiones entre Irán e Israel, el gobierno canadiense ha activado un protocolo especial de seguridad para proteger a comunidades judías e israelíes residentes en Canadá, temiendo posibles amenazas locales o actos de odio como respuesta indirecta al conflicto.
La Agencia de Seguridad Pública, en coordinación con la Policía Montada y agencias de inteligencia, ha comenzado a desplegar presencia visible en sinagogas, centros comunitarios, escuelas y embajadas. También se intensificó el monitoreo de redes sociales, y se habilitaron líneas telefónicas de emergencia para reportes ciudadanos.
El primer ministro Mark Carney se dirigió al país a través de la red X el 24 de junio, afirmando que Canadá no tolerará actos de odio ni discriminación. Subrayó que “la diversidad canadiense es una fortaleza, no una vulnerabilidad”, y que todas las comunidades deben sentirse seguras, especialmente en momentos de tensión global.
Líderes comunitarios agradecieron el gesto, pero también pidieron mayor transparencia en la comunicación con las autoridades locales. Algunos expertos en terrorismo doméstico advirtieron que grupos extremistas podrían aprovechar este clima para intentar radicalizar jóvenes en línea.
Organizaciones como B’nai Brith y el Congreso Judío Canadiense han comenzado campañas educativas en redes para fomentar el diálogo, la empatía y la unidad.
Canadá refuerza seguridad ante amenazas iraníes contra comunidades judías
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