Rodrigo Díaz M.
El gobierno federal está planeando poner en marcha la primera política nacional de alimentación escolar de Canadá en un esfuerzo por aumentar el acceso a comidas nutritivas para los niños en los campus de todo el país.
La iniciativa forma parte del presupuesto federal de 2022, pero aún no está claro cuándo se dará a conocer el plan, qué incluirá ni cuánto dinero se destinará al plan.
En noviembre del 2022, el ministerio de empleo y desarrollo social de Canadá (ESDC) inició una consulta pública de un mes de duración para recabar las opiniones de los canadienses sobre lo que les gustaría ver en la política nacional de alimentación escolar.
Y durante los últimos seis meses, Ottawa ha mantenido conversaciones y mesas redondas con diversas partes interesadas de todo Canadá, según ESDC.
“Aunque existen programas de comidas escolares en todas las provincias y territorios y en muchas comunidades indígenas, sabemos que los programas existentes sólo atienden aproximadamente al 21% de todos los niños en edad escolar”, afirma Mila Roy, portavoz del ESDC.
Por ello, el objetivo es desarrollar el marco existente en colaboración con las provincias, los territorios y los principales socios, de modo que la política nacional de alimentación escolar refleje las necesidades regionales y locales”, añadió.
La programación de la alimentación escolar es competencia provincial y territorial, salvo en el caso de los niños de las Primeras Naciones que viven en reservas.
La Coalición por una Alimentación Escolar Saludable lleva años abogando por que Canadá cuente con un programa nacional de alimentación escolar que sea universal, de costes compartidos y flexible.
Los miembros de la coalición han sido consultados por el gobierno federal sobre la política alimentaria escolar canadiense.
“Es un gran avance en política social y también para los niños y sus familias en todo el país”, afirma Debbie Field, coordinadora de la Coalición por una Alimentación Escolar Saludable.
Canadá ya dispone de una guía alimentaria que recomienda medio plato de frutas y verduras, un cuarto de proteínas y un cuarto de alimentos integrales con un vaso de agua.
Field dijo que esta guía constituye una buena base para el programa escolar, pero que una política nacional no puede seguir un planteamiento más específico, con un menú rígido que deba servirse en todas partes del país.
El plan también debería adaptarse a las necesidades, preocupaciones y capacidades locales. Por ejemplo, en una escuela con una elevada población musulmana, debe servirse comida halal.
En los Estados Unidos un plan plurianual publicado el 3 de febrero impondría los primeros límites a los azúcares añadidos en el curso escolar 2025-26, empezando por los alimentos ricos en azúcar, como los cereales azucarados, los yogures y los postres a base de cereales.
Para el otoño de 2027, los azúcares añadidos en las comidas escolares se limitarían a menos del 10% del total de calorías semanales en desayunos y almuerzos.
La propuesta también reduciría el sodio en las comidas escolares en un 30% para el otoño del 2029.