El índice de desempleo entre los jóvenes es de 15% (2015), el doble del índice para la población en general; el 60% de los graduados termina con una deuda de $27,000; y lo que es aún más crítico es el nivel de subempleo, en donde se estima que uno en tres graduados de 25 a 29 años de edad termina como empleado no-calificado en un trabajo que no requiere una educación universitaria.
Las causas de este descalabro son varias, entre ellas:
1. Los cambios en automatización y tecnologías digitales están eliminando muchos empleos tradicionales ya sea porque las funciones son delegadas a organizaciones digitalizadas con costos laborales bajos, o porque muchas funciones han sido automatizadas. Se estima que dos terceras partes de la actividad económica de hoy día podría automatizarse con las tecnologías actualmente disponibles.
2. Las empresas han reducido sus inversiones en el entrenamiento y desarrollo de personal y prefieren contratar personal con más experiencia. Es más, la juventud está compitiendo con sus padres por los pocos empleos disponible porque estos se han visto obligados a retrasar o cancelar sus planes de retirarse.
3. La naturaleza de los nuevos empleos requiere habilidades adicionales a las funcionales que tradicionalmente se obtienen en las universidades, como por ejemplo adaptabilidad, trabajo en equipo, y comunicación. Pero no sólo son habilidades que deben adquirirse, también hay que desarrollar una forma de comunicarle a los empleadores que uno las tiene, porque las prácticas en el otorgamiento de certificaciones se centra la educación y experiencia y no en las llamadas “soft skills”, dificultando la sustentación de estas.
4. La información de mercado laboral esta desorganizada, dificultando la realización de análisis claros por parte del gobierno, la industria, el sector académico, y por los mismos estudiantes. Parte de este problema se debe a que la educación en Canadá es un tema provincial, no hay un ministerio de educación a nivel federal, y cada provincia y territorio captura la información que cada uno identifica como importantes. Pero el mercado laboral no es provincial, es nacional o hasta global.
Para enfrentar estos retos, el Consejo Consultivo para el Crecimiento Económico, creado en marzo de 2016 por el Ministro de Finanzas y compuesto por catorce miembros, presentó en febrero de este año un documento titulado “Building a Highly Skilled and Resilient Canadian Workforce Through the Futureskills Lab”.
El Futureskills Lab sería una organización nacional, no-gubernamental, que funcionaría como un laboratorio para el desarrollo y medición de los procesos de capacitación en Canadá, liderada por un equipo ejecutivo reclutado de los sectores privados, educacionales y organizaciones no gubernamentales (ongs), e invitaría a todos los niveles del gobierno, sector privado, sindicatos, ongs a participar voluntariamente en proyectos por definirse.
Tendría tres funciones principales:
a. Apoyar iniciativas innovadoras en la capacitación.
b. Identificar y sugerir nuevas fuentes de información para identificar las habilidades más necesarias.
c. Definir objetivos y diseminar las mejores prácticas en educación y capacitación.
Pienso que Futureskills Lab es una iniciativa interesante, necesaria, más dinámica y participativa que un ministerio de educación federal (que engendraría resistencias por la usurpación de funciones a las provincias y territorios).
Las tendencias globales en tecnología en intercambio comercial están avanzando a la velocidad del rayo y la educación tiene que encontrar una forma de hacerlo también, sino, vamos a preparar a la juventud para empleos que ya no van a existir para cuando se gradúen. Y la comunidad hispana tiene que encontrar la forma de participar en estos procesos ¿Usted qué piensa?
*Peter Petch trabaja con una fundación que promueve el acceso a la educación post-secundaria. Puede ser contactado en [email protected]
Canadá necesita encaminarse en una nueva Propuesta Educacional
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