Rodrigo Díaz M.
Después de más de dos años, las restricciones fronterizas contra el COVID-19 de Canadá están llegando a su fin.
El gobierno liberal anunció oficialmente que, a partir del 1 de octubre, todos los viajeros, independientemente de su ciudadanía, ya no tendrán que presentar información de salud pública a través de ArriveCAN, proporcionar una prueba de vacunación, someterse a pruebas de detección del COVID-19, ponerse en cuarentena o aislarse al llegar a Canadá.
Además, los viajeros ya no tendrán que someterse a controles sanitarios para viajar en avión o en tren, ni usar mascarillas en los aviones y trenes.
“Los resultados de las pruebas en las fronteras realizadas en la Agencia de Salud Pública de Canadá durante los últimos meses han indicado que las importaciones de casos de COVID y su variante ya no influyen de forma significativa en la evolución de la pandemia en Canadá”, declaró el ministro de salud federal, Jean-Yves Duclos, en una conferencia de prensa en Ottawa.
“El mayor nivel de casos de hospitalizaciones en Canadá se explica en gran medida por la transmisión interna del virus y la tasa de vacunación actual”.
La decisión de dejar que las medidas actuales expiren el 30 de septiembre, tal y como estaba previsto, se habría tomado el jueves pasado.
La supresión de las medidas en la frontera se ha visto facilitada por varios factores, entre ellos la elaboración de modelos de predicción de casos que muestran que Canadá ha superado en gran medida el punto más alto de la ola de Omicron BA.4 y BA.5, las tasas de vacunación de Canadá, la reducción de las tasas de hospitalización y de mortalidad, así como la disponibilidad y el uso de pruebas rápidas de refuerzo de la vacuna y de tratamientos para el COVID-19.
Aunque se levanta el requisito del uso obligatorio de mascarillas, se recomienda encarecidamente a todos los viajeros que usen mascarillas durante sus viajes.
“El gobierno de Canadá mantendrá la capacidad de restablecer ciertas medidas fronterizas, en caso de que sean necesarias en el futuro para proteger a los canadienses de la importación de nuevas variantes preocupantes u otras amenazas emergentes para la salud pública”, dijo Duclos.
También se eliminan las normas para los cruceros, y los viajeros ya no tendrán que someterse a pruebas previas al embarque, ni vacunarse, ni utilizar ArriveCAN. Se mantendrá un conjunto de directrices para proteger a los pasajeros y a las tripulaciones, que se alinearán con el enfoque utilizado en Estados Unidos.
“Se recuerda a las personas que no deben viajar si tienen síntomas del COVID-19. Si los viajeros se enferman durante el viaje y siguen enfermos al llegar a Canadá, deben informar a un auxiliar de vuelo, al personal del crucero o a un funcionario de los servicios fronterizos a su llegada”, dijeron las autoridades en un comunicado de prensa.
“Entonces podrán ser remitidos a un funcionario de cuarentena que decidirá si el viajero necesita una evaluación médica adicional, ya que el COVID-19 sigue siendo una de las muchas enfermedades transmisibles enumeradas en la Ley de Cuarentena”. Hasta el 17 de septiembre, Canadá ha notificado más de cuatro millones de casos de COVID-19 desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, según datos federales. El 82% de la población está totalmente vacunada contra el COVID-19 (dos dosis).