Rodrigo Díaz M.
Grupos de la sociedad civil han hecho un llamamiento a todos los niveles de gobierno en relación con un grupo cada vez mayor de solicitantes de asilo que se han visto obligados a dormir en una acera del centro de la ciudad, frente a la oficina de acogida de Toronto, a menudo bajo un calor y una lluvia extremos.
El viernes pasado por la tarde se celebró una reunión de emergencia entre el personal municipal y funcionarios de los gobiernos provincial y federal para abordar la actual crisis de refugiados en la ciudad y desarrollar algún tipo de camino a seguir.
La alcaldesa de Toronto, Olivia Chow, calificó la reunión de “productiva y centrada”.
“Los gobiernos municipal, provincial y federal ven y comprenden la necesidad urgente de abordar la crisis inmediata, y de desarrollar y aplicar soluciones a largo plazo para que los refugiados y solicitantes de asilo recién llegados tengan el apoyo y el refugio que merecen”, declaró en un comunicado emitido el viernes por la tarde.
Las partes se volvieron a reunir el martes con el objetivo de aportar acciones específicas en materia de espacio y recursos que puedan aplicarse inmediatamente.
El Ministro de Inmigración, Sean Fraser, confirmó el lunes que Ottawa ha aprobado una financiación adicional de 210 millones de dólares para el Programa de Ayuda a la Vivienda Provisional (IHAP), de los cuales 97 millones irán a parar a la ciudad de Toronto.
“El IHAP proporciona financiación a provincias y municipios para sufragar los gastos de alojamiento provisional de los solicitantes de asilo”, reza un comunicado del gobierno federal. “La financiación de hoy se suma a los casi 700 millones de dólares ya entregados a través del programa, incluidos más de 215 millones para la ciudad de Toronto”.
Las decenas de refugiados, en su mayoría procedentes de países africanos, llevan varios días acampados en las aceras, muchos de ellos utilizando bolsas de basura para cubrir y proteger sus pertenencias.
El sistema de albergues de la ciudad, al límite de su capacidad, lleva rechazando a solicitantes de asilo desde principios de junio, tras instituir una política de derivación a programas federales.
La ciudad ha dicho que necesita más dinero de Ottawa para hacer frente a la afluencia, alegando que el gobierno federal ha prometido otros 97 millones de dólares adicionales.