La buena noticia es que, a partir del 1 de enero del 2018 el salario mínimo subirá de $ 11.40 por hora a $ 14 y desde el 1 de enero del 2019 pasará a $ 15 la hora, seguido de un aumento anual de acuerdo a la inflación.
El anuncio lo hizo la Premier Kathleen Wynne el pasado 30 de mayo y se da en la víspera de un año electoral, por lo que la medida ya ha desatado una serie de posiciones contrapuestas. Por un lado están los sectores favorecidos que califican la reforma laboral como una conquista histórica, sin embargo, los opositores, señalan que se trata de una acción política de cara a las próximas elecciones del 2018. Es más, los dueños de las pequeñas empresas han manifestado que se verán obligados a tomar decisiones ‘difíciles’ para ajustarse a las nuevas medidas económicas. Tal vez se necesite un análisis profundo del costo-beneficio para justificar la subida, sin embargo, esa tarea por ahora no parece ser una prioridad para las autoridades.
Pero más allá de las discrepancias por el alza del salario, existen legítimas demandas y necesidades que merecen ser atendidas con justas medidas por encima de cualquier interés económico o aspiración política. Según las estadísticas oficiales del Gobierno Provincial, la mitad de los trabajadores en Ontario, entre las edades de 25 y 64 años, ganan menos de $ 15 por hora y la mayoría son mujeres.
El paquete de los nuevos beneficios, además del incremento, incluye garantizar que los trabajadores a tiempo parcial se les paga el mismo salario por hora como trabajadores a tiempo completo, la introducción de los días de vacaciones pagadas de emergencia personal para cada trabajador, la ampliación de la licencia de emergencia personal y hacer más justa la programación de los empleados.
“Millones de trabajadores de Ontario les resulta casi imposible mantener a sus familias con un salario mínimo que simplemente no va lo suficientemente lejos. En este momento esta tasa refleja la realidad de la vida de las personas. Aumentar el salario mínimo se trata de crear una mayor igualdad y una sociedad más justa, donde todo el mundo puede participar en el crecimiento económico de nuestra provincia”, expresó la Premier Kathleen Wynne, en su alocución oficial.
No cabe duda que aumentar el salario mínimo podría ayudar a las empresas a mejorar la productividad, a acrecentar el poder adquisitivo de los trabajadores y sobre todo a mejorar las condiciones económicas de miles de familias que viven en situación de pobreza. Ojalá que estos cambios contribuyan al crecimiento y desarrollo de la provincia y que nos permita disfrutar de mejores días de la primavera laboral que se vive en Ontario.
Alexander Terrazas
Periodista y escritor boliviano radicado en Toronto.