Rodrigo Díaz M.
El coronel retirado Elmer Fernández, quien se desempeñaba como máxima autoridad del centro penitenciario La Modelo, en la capital de Colombia, fue asesinado por sicarios en pleno centro de la ciudad.
Fernández viajaba como copiloto en un automóvil del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), cuando fue asaltado por sus asesinos, quienes se movilizaban en una motocicleta.
La noticia fue confirmada poco después por el ministro de justicia, Néstor Osuna. Posteriormente se supo que Elmer Fernández había recibido amenazas contra su vida hacía una semana, al parecer por parte de internos del mismo centro penitenciario.
Este hecho pone de manifiesto el poder que siguen ejerciendo las bandas criminales, a pesar de tener a sus miembros encarcelados. Gran parte de los delitos de extorsión contra empresarios y ciudadanos se dirigen desde las propias cárceles. Colombia, como otros países de la región, lucha por controlar el orden dentro de las cárceles, hasta ahora sin mucho éxito.
El hecho delictivo, que está siendo investigado por las autoridades, se produjo en horas de la tarde de ayer, jueves 16 de mayo, en una zona muy transitada y céntrica de Bogotá y a plena luz del día. El coche que transportaba al coronel Fernández hasta su domicilio no tenía los cristales blindados, aunque sí tintados.
Los asesinos conocían perfectamente los movimientos del fallecido, ya que los disparos entraron por la ventanilla delantera del copiloto, posición que ocupaba el director de la prisión, que no conducía el vehículo.
Elmer Fernández no había asumido la dirección de una de las prisiones más importantes de Colombia hasta el 4 de abril. El presidente del país, Gustavo Petro, lamentó su muerte a través de las redes sociales. “Cumplía órdenes de imponer disciplina y hacía requisas aleatorias. Hoy es vilmente asesinado”, escribió el jefe de estado.