“Sólo tienes una piel. Protégela del sol”. Con este lema arranca la campaña Euromelanoma 2017 que tiene como objetivo prevenir el cáncer de piel y en la que participan 34 países.
Según datos de la Agencia de Investigación del Cáncer (IARC), organismo que depende de la Organización Mundial de la Salud, desde 1960 se ha producido un aumento de la incidencia del melanoma de entre un 3% y un 7% anual en todo el mundo.
Esto se debe a que el mayor envejecimiento de la población, junto a una elevada exposición a la radiación ultravioleta, supone un incremento del riesgo de cáncer de piel.
“Tomar el sol con sentido común, evitando las quemaduras y las exposiciones solares excesivas y crónicas es la mejor manera de pactar con el sol. Las exposiciones solares moderadas son necesarias y beneficiosas. Por ello, los dermatólogos decimos que el sol es un gran amigo pero si no pactamos con él puede convertirse en el peor enemigo”, apunta Agustín Buendía Eisman, responsable de la campaña Euromelanoma en España.
El dermatólogo explica que una inadecuada exposición al sol provoca daños que tienen un efecto acumulativo y duradero en la piel. “Queremos que todo el mundo vea su piel como su prenda más preciada y que necesita sus cuidados durante toda su vida”, recalca.
Además de la exposición solar excesiva, hay otros factores de riesgo de melanoma como tener una piel clara, muchos lunares, lunares atípicos o antecedentes familiares.
LA REGLA DEL A-B-C-D-E
“El melanoma puede aparecer sobre un lunar previo o sobre piel sana. De ahí la importancia de detectar nuevos lunares, así como de vigilar los cambios en los que se tenían previamente”, subraya Irene Palacios, dermatóloga de la Clínica Universidad de Navarra.
En este sentido, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) señala que la regla A-B-C-D-E puede ser útil de cara a diagnosticar el melanoma de manera precoz. Así, indica que si un lunar es asimétrico (A), si cambia de color (C), tiene más de 6 mm de diámetro (D), evoluciona, está elevado (E) o presenta síntomas como picor o sangrado es posible que se trate de una neoplasia.
La AEDV recuerda que todos los lunares del cuerpo deberían ser bastante similares, es decir, de la misma forma y con los mismos colores. Por ello, si aparece uno nuevo distinto del resto debería considerarse sospechoso. Esto es lo que se denomina el “signo del patito feo”.
“Un lunar nuevo siempre debe ser estudiado por si se trata de un tumor, aunque en pacientes con múltiples lunares es muy complicado detectar la aparición de uno nuevo”, comenta Leyre Aguado, dermatóloga de la Clínica Universidad de Navarra.
Los especialistas de este centro sanitario emplean una nueva técnica diagnóstica para detectar el melanoma de manera precoz. Se denomina mapeo corporal completo automatizado y consiste en la toma de fotografías de toda la superficie corporal del paciente, mediante un dispositivo acoplado a un ordenador.
Con esta tecnología se puede detectar de forma automática y precoz la aparición de lunares nuevos susceptibles de malignizarse.
Además, este procedimiento se utiliza de manera complementaria a la dermatoscopia digital, es decir, a la toma periódica de imágenes de la estructura de los lunares atípicos para hacer un seguimiento y ver si se producen cambios.
“El melanoma extirpado en fases iniciales tiene buen pronóstico, pero en un estadio avanzado es necesario aplicar cirugías más agresivas y otros tratamientos oncológicos complementarios”, explica la doctora Aguado.
Por eso, se considera esencial su diagnóstico de manera precoz, para lo que es necesario acudir regularmente al dermatólogo.
Por Purificación León
EFE/REPORTAJES