Rodrigo Díaz M.
Las inundaciones, sequías y grandes tormentas que arrastran carreteras, dañan edificios y afectan a las redes eléctricas podrían costar a la economía canadiense 139 billones de dólares en los próximos 30 años, según un nuevo análisis.
El informe, titulado “Aquanomics”, fue sido publicado por GHD, una empresa global de servicios de ingeniería y arquitectura y predice que la industria y la distribución serán las más afectadas por los desastres climáticos relacionados con el agua de aquí a 2050
Se calcula que las pérdidas ascenderán a 64 billones de dólares, lo que equivale a un 0,2% del total de la economía manufacturera al año.
Mientras que las sequías pueden restringir la producción industrial, las inundaciones y las tormentas causan daños directos en los edificios y la maquinaria, o cortan el suministro eléctrico, obligando a las fábricas a guardar silencio.
El temporal de viento que azotó el sur y el este de Ontario en mayo dañó tanto la red eléctrica de Ottawa que algunas partes de la ciudad estuvieron sin electricidad durante más de dos semanas.
La sequía suele considerarse un riesgo real sólo para la agricultura, pero la sequía extrema puede tener un alcance mucho mayor. En Europa, las bajas casi récord en el río Rin podrían detener el tráfico marítimo a lo largo de la vía marítima más importante de Europa, que une los principales puertos de Bélgica y los Países Bajos con Alemania y Suiza.
Los gobiernos de California, Nevada, Utah y otras partes del oeste de Estados Unidos están aplicando racionamientos de agua en medio de lo que algunos llaman la peor sequía en más de un milenio.
El lago Mead, el mayor embalse de Estados Unidos, se ha reducido a una cuarta parte de su capacidad, con resultados macabros: se han localizado al menos cinco cadáveres al bajar el agua, algunos de los cuales se cree que se ahogaron o fueron asesinados y abandonados en el lago hace décadas.
El comercio minorista y los bienes de consumo rápido, que dependen en gran medida de las infraestructuras relacionadas con el agua y están muy expuestos en caso de que se dañen las rutas de suministro, serán el segundo sector económico más afectado, con pérdidas estimadas en unos 26 billones de dólares entre 2022 y 2050.
Le sigue el riesgo en el sector bancario y de seguros, con 21 billones de dólares de pérdidas estimadas, principalmente por las interrupciones de la productividad y la actividad económica, así como por los mayores pagos de seguros.
La energía y los servicios públicos se enfrentarán a unas pérdidas estimadas en 14 billones de dólares, ya sea por daños directos a las redes eléctricas y a las plantas de producción, o por la reducción de la producción de energía en las presas hidroeléctricas y en las centrales nucleares debido a los bajos niveles de agua.
La agricultura es el quinto sector analizado, que en Canadá se estima que perderá unos cuatro billones de dólares en los próximos 28 años, amenazando también la seguridad alimentaria.
El informe también analiza los efectos económicos de las catástrofes hídricas en otros siete países, como Australia, China y Estados Unidos.
GHD afirma que los costosos y masivos proyectos de infraestructura para protegerse de las tormentas e inundaciones ya no son la respuesta para que la economía sea más resistente, porque el tiempo es esencial.
Según el informe, la mejor opción son los proyectos más pequeños que pueden realizarse rápidamente, a menudo utilizando la propia naturaleza.
La temperatura media de la Tierra ya está más de un grado centígrado por encima de la época preindustrial y el clima ya ha cambiado, provocando tormentas e inundaciones más frecuentes y graves y sequías más amplias y prolongadas.
Queda por saber cuánto más la devastación causada por el huracán Fiona costará al gobierno canadiense, que revisará e los próximos días los daños en Quebec, Nova Scotia y otras zonas del Atlántico canadiense.