Rodrigo Díaz M.
Los equipos de rescate buscaron supervivientes durante toda la semana pasada entre los restos calcinados y destrozados de dos trenes que chocaron en el norte de Grecia, causando la muerte de 43 personas y convirtiendo los vagones en nudos de acero retorcidos en el accidente ferroviario más mortífero del país.
El impacto, justo antes de la medianoche del martes de la semana pasada, lanzó a algunos pasajeros contra los techos y por las ventanillas matando e hiriendo a decenas.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, calificó la colisión del tren de pasajeros y un tren de mercancías de “horrible accidente ferroviario sin precedentes en nuestro país” y prometió una investigación completa e independiente.
Mitsotakis dijo que, al parecer, el accidente se debió “principalmente a un trágico error humano”.
El tren de Atenas a Tesalónica transportaba 350 pasajeros, muchos de ellos estudiantes que regresaban de las celebraciones de Carnaval. Aunque la vía es doble, ambos trenes viajaban en direcciones opuestas por la misma línea cerca del Valle de Tempe, un valle fluvial a unos 380 kilómetros al norte de Atenas.
Las autoridades detuvieron al jefe de estación en la última parada del tren, en la ciudad de Larissa. No revelaron el nombre del hombre ni el motivo de la detención, pero el jefe de estación es responsable del tráfico ferroviario en ese tramo de las vías.
El ministro de Transportes, Kostas Karamanlis, presentó su dimisión “como muestra básica de respeto a la memoria de las personas que murieron tan injustamente”.
Karamanlis dijo que había hecho “todo lo posible” para mejorar un sistema ferroviario que se encontraba “en un estado impropio del siglo XXI”.
El servicio de bomberos de Grecia dijo que 57 personas permanecían hospitalizadas hasta finales de la semana pasada, entre ellas seis en cuidados intensivos. Otras 15 fueron dadas de alta tras recibir tratamiento.
Más de 200 personas que resultaron ilesas o sufrieron heridas leves fueron trasladadas en autobús a Tesalónica, 130 kilómetros al norte. La policía tomó nota de sus nombres a medida que llegaban, en un esfuerzo por localizar a los posibles desaparecidos.
Hellenic Train, que opera todos los trenes de pasajeros y mercancías de Grecia, incluidos los que colisionaron, ofreció sus “más sinceras condolencias” a las familias de las víctimas. La empresa pertenece a los ferrocarriles estatales italianos.
En el accidente murieron ocho empleados ferroviarios, entre ellos los dos conductores del tren de mercancías y los dos del tren de pasajeros, según el presidente del Sindicato Griego de Trabajadores Ferroviarios, Yannis Nitsas.
El sindicato convocó la huelga de un día para protestar por lo que calificó de abandono crónico de los ferrocarriles griegos por parte de los sucesivos gobiernos.