Población canadiense disminuye tras reducción de trabajadores temporales y estudiantes internacionales

Canadá registró la mayor caída poblacional de su historia reciente, según estimaciones preliminares de Statistics Canada publicadas esta semana. Al 1 de octubre, la población del país se ubicó en 41.575.585 personas, lo que representa una disminución de alrededor de 76.000 habitantes entre julio y octubre de este año. Se trata del primer descenso trimestral desde el inicio de la pandemia y ocurre tras varios años de crecimiento sostenido.

La principal causa de esta baja fue la reducción en el número de residentes no permanentes. Entre julio y octubre, esa población disminuyó en 176.479 personas, la mayor caída desde que existen registros comparables. Al 1 de octubre había cerca de 2,8 millones de residentes no permanentes en Canadá, equivalentes al 6,8 por ciento de la población total, frente a unos tres millones o 7,3 por ciento registrados en julio. En ese mismo periodo expiraron más de 339.000 permisos temporales, mientras que solo se emitieron poco más de 163.000 nuevos.

El cambio se produce tras una serie de ajustes en la política migratoria federal. Luego de aumentar significativamente la admisión de trabajadores temporales y estudiantes internacionales para responder a la escasez de mano de obra posterior a la pandemia, el gobierno comenzó a aplicar límites a partir de 2024. Entre las medidas adoptadas se incluyeron topes a los permisos de estudio, restricciones a los permisos de trabajo para cónyuges de algunos estudiantes y trabajadores extranjeros, y una reducción en las metas de inmigración permanente. Para 2025, el objetivo se ajustó a 395.000 nuevos residentes permanentes, con proyecciones aún menores para los años siguientes.

Expertos señalan que el impacto de esta disminución deberá observarse en sectores clave como el mercado laboral y la vivienda. Analistas recuerdan que la inmigración tiene efectos mixtos en la economía, ya que puede aumentar la demanda y la presión inflacionaria, pero también ampliar la fuerza laboral y la productividad. Aunque no existe consenso sobre el nivel ideal de inmigración, especialistas advierten que cambios bruscos en el número de residentes temporales pueden generar efectos difíciles de anticipar a corto y mediano plazo.